LA SIRENA
I
Tres mujeres tañen
sus fatales instrumentos
inspiración
lira
y tedio
en las islas misteriosas
conciben un hechizo
pues Circe urde
tras las blandas calas
y Calipso hila Tempestades
profana hija de la Noche
dócil arpía
cántale al manzano de oro
ese venero que custodia una Serpiente
hermana Medusa
díctale a los negros aires
la fiel partitura de estas Horas
con los cuajos de tus venas
unge o mata
y vamos luego al mar
terminemos este viaje
que Caribdis
ha escrito nuestros cinco nombres
en ese puerto de sal
de gaviotas
y de lágrimas
II
Camino a Ítaca
encontré al pastor marino
cabalgaba plácidos sargazos
en yeguas frágiles
termales
las gorgonas
señoras de la Torre de los Vientos
cantaron lóbregas mi travesía
vendrán onocentauros
erizos
ortigas
largas flores púrpuras
busca a un hombre
roba su aliento
si las dueñas de la arena
anuncian otra borrasca
y con dedos de difunta
arrojan redes en los ojos de los búhos
vamos ahí
donde la brisa le gruñe
al liquen de las manos
que en palacio de azabache y luna
el puente del diablo
siempre sale al encuentro
de la piedra errónea
que le falta
III
Al fondo de la malva melancolía
en la rosada oquedad de los lambíes
nado serena
canta mi cuerpo en los espinos
voz de plata
ojos de raso
hecha de carne y seda
bordo invisibles hilos
dulce asesina de los hombres
desenmaraño blancos cabellos
que braman en las olas
vuelvo a tierra
sacrifico la armadura
pero arden estos muslos
rugen mis agallas sordas
el fuego de la hierba
se hunde en pies desconocidos
duele ese cuchillo
voraz
certero
la dama de la sal
bebe el color del azafir
que obscurece
en el último rayo de Arco Iris
Janaína se despoja hermana
ella nube
ella cueva
vagina dentada
María
I
Tres mujeres tañen
sus fatales instrumentos
inspiración
lira
y tedio
en las islas misteriosas
conciben un hechizo
pues Circe urde
tras las blandas calas
y Calipso hila Tempestades
profana hija de la Noche
dócil arpía
cántale al manzano de oro
ese venero que custodia una Serpiente
hermana Medusa
díctale a los negros aires
la fiel partitura de estas Horas
con los cuajos de tus venas
unge o mata
y vamos luego al mar
terminemos este viaje
que Caribdis
ha escrito nuestros cinco nombres
en ese puerto de sal
de gaviotas
y de lágrimas
II
Camino a Ítaca
encontré al pastor marino
cabalgaba plácidos sargazos
en yeguas frágiles
termales
las gorgonas
señoras de la Torre de los Vientos
cantaron lóbregas mi travesía
vendrán onocentauros
erizos
ortigas
largas flores púrpuras
busca a un hombre
roba su aliento
si las dueñas de la arena
anuncian otra borrasca
y con dedos de difunta
arrojan redes en los ojos de los búhos
vamos ahí
donde la brisa le gruñe
al liquen de las manos
que en palacio de azabache y luna
el puente del diablo
siempre sale al encuentro
de la piedra errónea
que le falta
III
Al fondo de la malva melancolía
en la rosada oquedad de los lambíes
nado serena
canta mi cuerpo en los espinos
voz de plata
ojos de raso
hecha de carne y seda
bordo invisibles hilos
dulce asesina de los hombres
desenmaraño blancos cabellos
que braman en las olas
vuelvo a tierra
sacrifico la armadura
pero arden estos muslos
rugen mis agallas sordas
el fuego de la hierba
se hunde en pies desconocidos
duele ese cuchillo
voraz
certero
la dama de la sal
bebe el color del azafir
que obscurece
en el último rayo de Arco Iris
Janaína se despoja hermana
ella nube
ella cueva
vagina dentada
María
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