Gaby Velázquez: Rayando en la locura

Cuando la felicidad hace daño, hay que hacer algo.
Cuando lastima tanta dicha,

cuando sabes en lo profundo que las grandes pasiones son efímeras,
porque de tan fuertes te pueden reventar.
Yo lo dejé cuando más lo quería, porque era lo mejor para los dos.
Y lo quise más cuando sufrí su ausencia.
Puede parecer extraño pero así es.

Cuando se ama tanto se arriesga a perder el control,
y perder el control es algo que yo no podía hacer.
Parecerá extraño; cuando más amas y comienza a hacerte daño,
a dolerte la piel, cuando el dolor es tan grande
y te arranca la voluntad lo mejor es soltar.

Soltar, dejar ir
La angustia de pensarlo, el infierno de tener que hacerlo.
Dejar ir, la frase más repetida, la más difícil de aceptar.
Dejar ir en el mejor momento.
Soltar cuando lo que más quieres es retener.

Quedarse sola cuando tienes la mejor compañía.
Pero todo es mejor que peder el control de uno mismo,
de los sentimientos, de las emociones para cedérselas a otro.

En esos momentos te das cuenta que es mejor amar de lejos,
amar en sueños, amar en el recuerdo.