Tengo pena y no respondo
Tengo pena y no respondo.
Mas no me siento culpado
porque en mi no correspondo
al otro que en mi has soñado.
Cada uno es mucha gente.
Para mi soy quien me pienso,
para otros - cada cual siente
lo que cree, y es yerro inmenso.
Ah, dejadme sosegar.
No otro yo me sueñen otros.
Si no me quiero encontrar,
¿Querré que me halléis vosotros?
Si alguien toca un día a tu puerta
Si alguien toca un día a tu puerta,
Diciendo que es un emisario mío
No creas, ni aunque sea yo;
Que mi vanidoso orgullo no intentaría
Tocar siquiera la puerta irreal del cielo.
Pero si, naturalmente, y sin oír
A alguien tocar, la puerta fueras a abrir
Y encontraras alguien como a la espera
De tocar, medita un poco.
Ese era Mi emisario y yo y lo que intenta
Mi orgullo que desespera
¡Abre a quién no llama a tu puerta!
De aquí a poco acaba el día.
De aquí a poco acaba el día.
Yo no hice nada.
¿Y que cosa es la que haría?
Fuese cual fuese, equivocada.
Muy pronto la noche viene,
mas sin razón
para aquel que solo tiene
que contar su corazón.
Yo tras la noche y dormir
renace el día.
Nada haré sino sentir.
Pero ¿que otra cosa haría?
Tengo pena y no respondo.
Mas no me siento culpado
porque en mi no correspondo
al otro que en mi has soñado.
Cada uno es mucha gente.
Para mi soy quien me pienso,
para otros - cada cual siente
lo que cree, y es yerro inmenso.
Ah, dejadme sosegar.
No otro yo me sueñen otros.
Si no me quiero encontrar,
¿Querré que me halléis vosotros?
Si alguien toca un día a tu puerta
Si alguien toca un día a tu puerta,
Diciendo que es un emisario mío
No creas, ni aunque sea yo;
Que mi vanidoso orgullo no intentaría
Tocar siquiera la puerta irreal del cielo.
Pero si, naturalmente, y sin oír
A alguien tocar, la puerta fueras a abrir
Y encontraras alguien como a la espera
De tocar, medita un poco.
Ese era Mi emisario y yo y lo que intenta
Mi orgullo que desespera
¡Abre a quién no llama a tu puerta!
De aquí a poco acaba el día.
De aquí a poco acaba el día.
Yo no hice nada.
¿Y que cosa es la que haría?
Fuese cual fuese, equivocada.
Muy pronto la noche viene,
mas sin razón
para aquel que solo tiene
que contar su corazón.
Yo tras la noche y dormir
renace el día.
Nada haré sino sentir.
Pero ¿que otra cosa haría?
1 comentario:
Que extraordinario poeta, con sus múltiples personalidades y tan exacto reflejo de lo que intenté decir en mi propio poema. Un honor ser publicada al lado suyo. Y ahora, como escribió en Los jugadores de ajedrez "bajo las sombras que sin querer nos aman, con un jarro de vino al lado y atentos sólo a la inútil faena del juego de ajedrez, pese a que el juego sea apenas un sueño y no haya pareja, imitemos a los persas de esta historia, y mientras allá fuera, o cerca o lejos, la guerra y la patria y la vida nos llamen, dejemos que lo hagan en vano" (mi propia versión, una disculpa). Muchos saludos desde la Babilonia defeña, que la mañana traiga siempre nuevas oportunidades y no andemos más como muertos sobre la Tierra antes de tiempo. Seamos esos jugadores de ajedrez que sólo el genio de Pessoa pudo crear
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