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domingo, diciembre 02, 2007

Reportaje: Las polaridades de Diego




EscritoresPresenta la crítica de arte Raquel Tibol el libro

Diego Rivera. Luces y Sombras, de donde hay un acercamiento al pensamiento y la creación de uno del artistas mexicano.

Tibol señaló que su libro describe Diego Rivera como un personaje que deja un arte perdurable

Notimex El Universal Ciudad de México

Miércoles 18 de abril de 200715:46


La vida del pintor mexicano Diego Rivera (1886-1957) estuvo atravesada por una infinita gama de polaridades, y su obra llena de contradicciones y matices, coincidieron en señalar la víspera los escritores Eraclio Zepeda y Gerardo Unzueta y el historiador Lorenzo Meyer.
Durante la presentación del libro Diego Rivera. Luces y Sombras, de la crítica de arte Raquel Tibol, los comentaristas del volumen recordaron que el muralista siempre jugó con las contradicciones de su propia existencia, empezando con el hecho de que estaba del lado de los oprimidos sin ser uno de ellos.
En la Galería Metropolitana de la Universidad Autónoma Metropolitana (UAM), en la colonia Roma de esta ciudad, comentaron que el pintor, famoso por plasmar obras de alto contenido social en edificios públicos, perteneció al Partido Comunista Mexicano (PCM), del cual fue expulsado dos veces.
Su participación en el partido estaba muy influenciada por sus actividades como pintor, ya que trataba de expresar sus ideales comunistas a través de su obra plástica. De alguna manera el artista representaba el comunismo y, por lo mismo, todas sus acciones eran observadas cuidadosamente por el PCM.
Destacaron que ese instituto político se oponía al gobierno y las comisiones de Rivera estaban financiadas en su mayoría por oficinas gubernamentales, lo que lo hacía ver como un mal comunista.
Meyer, Zepeda y Unzueta añadieron que en septiembre de 1926 fue expulsado del partido por haber aceptado ser director de la Academia de Arte de San Carlos, la cual era parte del gobierno, y aunque lo intentó varias veces, nunca fue aceptado otra vez en el PCM.
Meyer, quien no estuvo en el acto pero mandó un escrito que fue leído por Raquel Peguero, coordinadora de prensa de la editorial Random House Mondadori, aseguró que el pintor esposo de Frida Kahlo (1907-1954) fue un hombre monumental en todo, incluso en sus incongruencias políticas.
El muralista, dijo, se le ubicó lo mismo como zapatista, leninista, nacionalista, lombardista, stalinista, pacifista y hasta informante de la embajada estadounidense.
"Autor de una obra monumental, Diego Rivera fue una figura central en la vida político-cultural mexicana entre las décadas del 20 y el 50. Sus primeras obras tienen una indudable marca paisajística, consecuencia de su aprendizaje con su coterráneo, el pintor José María Velasco", comentó.
Meyer señaló que, en su libro, lo que Tibol busca subrayar en Rivera es lo afortunado de una coyuntura histórica: la coincidencia del arribo a la madurez de un gran artista plástico, con la época de transformaciones reales en México.
Diego Rivera. Luces y Sombras narra el papel del pintor en la formación del movimiento plástico más importante que ha tenido el arte en México, el muralismo, así como los aspectos políticos y sociales que marcaron su vida.
La influencia de su padre, los años en Europa, el contacto con la pintura monumental italiana, la Revolución Mexicana, las ideas y proyectos de José Vasconcelos y su militancia política, son algunos de los temas que abarca la obra de Raquel Tibol, quien fue su asistente.
Asimismo, la Revolución Rusa, con la que estableció una estrecha relación a través del poeta Vladimir Maiakovski, y la relación con Frida Kahlo, son otros aspectos que contiene la publicación de 279 páginas, así como un serie de fotos del artista.
A través del volumen, editado por Lumen, el lector podrá acercarse a las luces y sombras que atravesaron el pensamiento y la creación de uno de los artistas más importantes de México.

mzr/mgg

1 comentario:

Fernanda Melchor dijo...

Más que reportaje, parece boletín de prensa.
Pero qué se yo, si salí de la FACICO.
Saludos,

F.