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miércoles, enero 30, 2008

Enrique Patricio: Carnaval a la Munch


ENRIQUE PATRICIO
MASCARADA GUBERNAMENTAL PARA FUNDAR UN MITO
(Carnaval a la Munch)

…fervorosamente al Patronato del Carnaval de Veracruz: San Goloteo

El pasado viernes 25 de enero del año en curso, se (re)presentó en el Recinto de la Reforma (¿del carnaval?) “Una semblanza del carnaval de Veracruz” por Guido Munch: “El carnaval de Veracruz: una semblanza . Aspectos antropolólgicos” Fue esta una proposición que descarnavaliza a todas luces la fantasía de la fiesta de la carne. Que transfigura su rostro, naturalmente, alegre, en otro artificialmente divertido. Considera el autor la existencia de una que defina teóricamente que defina teóricamente lo que es el Carnaval de Veracruz. Y nosotros contestamos que todo lo concerniente al espíritu del Carnaval no debería llevar un tono estrictamente académico (como recetario) y que, en cambio, lo académico sí puede tener un tono carnavalescocon Guido Munch. Y es que en esta desaproximación del pensamiento mágico, dando “imágenes”, por ejemplo: “sin el Estado no puede existir el carnaval” (¿doble sentido?) y, “son necios quienes critican esto”, nos remite a ponderar; 1) la actual tendencia del gobierno es a absorber, turísticamente hablando, a poblaciones enteras y, culturalmente hablando, sus tradiciones populares. No crea cultura, pero hace hoy día como que es quien genera, controla pues, y se para el cuello, pues. Pero, ojo, tampoco hay que olvidar que , cuando el mercado manda, el Estado obedece; y 2) la crítica que se hace, y seguirá haciéndose, devino de un fenómeno masivamente avasallante, técnicamente mercantilizado, mediáticamente manipulado y fundamentalmente esquematizado para satisfacer a un caótico mundo muy mal globalizado. De ahí que, antes de pretender un supuesto significado (“El Estado”), serían varias las fórmulas que tendrían cabida, o en su defecto sólo tendría cabida una, sí y sólo sí, que no hay ni una que lo pueda definir así. Lo que nos conduce a pensar lo siguiente; no será más bien que el mundo de los conceptos antropológicos nada más tienen que ver con una disciplina, y que es insuficiente para referirse a la esencia del mundo real del Carnaval.
Aunque por otra parte, también el científico social en su inevitable deconstrucción de la historia de carnestolendas en el Puerto dijo algo así como que hubo en sus inicios préstamos llegados desde Mérida. En los bailes de salón sí es posible, pero no es posible confundir el Carnaval con toda su herencia antillana con las mascaradas de salones de baile europeizante. ¿Será acaso una ilusión de juego de espejos o una ficción de la realidad carnavalesca? ¿El carnaval o el baile de salón? ¿Y, qué hay de los bailes en los patios? En pocas palabras, que el académico nos quiso llevar a un baile de disfraces con la más sutil de las máscaras: la de la descarnavalización de nuestra gran fantasía anual.
¿No llegó a saber de los bailes de los patios, como “El Pensamiento”? Probablemente no. Mas, el teórico tuvo los arrestos, la valentía, el arrojo suficientes para venir a decir a los porteños qué es, semblanteadamente cómo es nuestro carnaval. Pero es el que él ve. Es una mirada enmascaradamente externa al festejo.Tan externa que hoy hay quienes tienen la idea de vincular el carnaval de Veracruz (idea turística , tal vez) con el mundo prehispánico (nótese en el logotipo del carnaval No. 84, el dibujo estilizado de una máscara perteneciente al carnaval indígena.
Por cierto, este carnaval, así bautizado por un antropólogo, nada no tiene que ver con la fiesta de la carne; es religioso, o sea, el término está mal empleado), mejor entenderlo como una “puntada” de parte de algunos desconocedores respecto de la festividad cultural más importante de la ciudad, y no nada más a nivel local, sino nacional y hasta internacionalmente.
Pero, volviendo con el Dr. Munch, éste dijo haber entrevistado a un comparsero, a quien preguntó qué significaba para él el carnaval, y éste, contestole que significaba la diversión (mejor respuesta no pudo haber). Mas, para el investigador tal respuesta no es correctamente aceptable, puesto que el entrevistado no comprende verdaderamente el significado. Anteriormente sobre el carnaval opinaba el pueblo, ahora ¿ya no es válido que lo haga? Interlocutores han de hablar por él. ¿Es mejor el carnaval veracruzano de Munch que el del comparsero? ¿Sabrá Guido Munch lo que es una rumbata? Cuantimenos conocerá el significado original (no el de hoy) de un papaqui, esa muestra espontánea y popular de simpatía y adhesión a un(a) candidato(a) para que gobierne soberanamente en carnestolendas ¿Tendrá noticias de que hubo comités de carnaval populares, no gubernamentales, y que funcionaron muy bien? ¿Supo o no supo que en varias ocasiones fueron las comparsas de La Huaca (o sea, el pueblo) las que salvaron la fiesta de la carne ("salvaron", para no decir pleonásticamente, quienes siguieron popularmente haciéndola) con su participación entusiasta; valga decir, cuando las autoridades del gobierno que dizque apoyaban se desligaron casi por completo? Porque si lo sabe y no lo dice ¿en qué quedamos? Pero, en fin, allá cada quien con su cumbancha.

En suma, del académico Munch diremos que su obra, que es una historia general del carnaval a través del tiempo, desde la antigüedad y con su carga simbólica, es inestimable. Tanto como su trayectoria profesional. De Guido Munch, el de la semblanza dell carnaval de Veracruz, diremos que tan sólo hizo del carnaval veracruzano algo dionisiaco. Es decir, hizo con él lo que se tiene que hacer, una fiesta. Enmascarándolo con el antifaz de orden, de lo apolíneo. Enhorabuena Guido. Nada más que, añadimos, los porteños que estuvimos presentes no nos dejamos llevar por el canto de las sirenas. No nos la creímos, aunque igual lo celebramos carnavalalescamente.
PD (Estás más allá del bien y del mal, Guido Munch).

viernes, enero 25, 2008

Odin: El titiritero se quedó sin títeres y sin circo




He tenido y visto cosas sorprendentes y bizarras que verdaderamente imponen candados a la realidad en una gama de colores y sabores que son inimaginables. Existe en este mundo por demás complicado varios tipos de personas, algunas dignas de admirarse y otras dignas de cuidarse.

Hablaré ahora, después que he madurado mi situación existencial y reflexionado por mínimo dos años. Me atreveré osadamente a discernir bajo este mundo de palabras un tipo de experiencia que amalgama muchos valores humanos, en pro y en contra. Compartiré mi vida de trabajo de forma amigable, por si creen que estoy ofuscado y confuso les comento de antemano, estoy feliz porque con esta cincelada de la vida reformo mi forma de pensar y valoro cada día más a la gente. Y espero con ansiedad que humildemente me disculpen por mi falta de prosa y narración, pero me parece importante que disfruten un poco de mi ignorancia.

Hablaré de un circo en metáfora, donde existe un titiritero que manipula un títere para convertirlo en titiritero también, pero suceden situaciones de reflexión y aprendizaje. Aclaro que cualquier parecido con la realidad, es simplemente de sentido común. Mi experiencia no la veo como única, después de lo acontecido creo que sólo hay matices, aromas y sabores variados.

Mobbing es una palabra que significa acoso laboral y todo lo que esto inmiscuye. He sido influenciado por esta corriente y después de lo que he vivido reflexiono la existencia de una madeja atrás de corrupción, ignorancia y mala fe. Suponía que nada más nos amábamos, queríamos, matábamos y nos mordíamos, pero también algunos se aprovechan de otros y generan un caos mental o daño psicológico, que para librarse se debe tener mucha paciencia y hacer uso de la inteligencia o como yo, me pongo a relatar algunos hechos.

Refiero esto porque, como he comentado anteriormente he sido influenciado por esta corriente existencialista de la maldad en otra de sus innumerables dimensiones, aclaro que no me siento una victima por el contrario es una clase muy difícil y también muy grata porque he tenido un apoyo indescriptible, de muchas personas, familia, amigos y dentro de ellos una gente capaz de discernir que postura emprender ante tal acontecimiento. Todos ellos brindándome consejos, respeto, cariño y apoyo. Lo que me permitió atisbar y analizar casos similares con diferentes ángulos y razonamientos.

Actualmente trabajo en una institución académica, donde la misión principal es impartir conocimientos sobre la base de valores, la ética, la moral, el respeto, el compañerismo y la buena voluntad. Como parte de los resultados esperados de estas instituciones se preparan a los futuros profesionales. Sorprendentemente, dentro de estas entidades existen personas en el que no ven esta misión y su existencia en esta universidad es absolutamente para obtener beneficios más allá que un sueldo. Mediante engaños y transas, generan campos de exterminio para los valores que deben existir en el conocimiento e investigación y minan la igualdad y dignidad de las personas en pro de sus intereses. Y desgraciadamente forman profesionales sin educación. Sabrán mucho de lo técnico, pero nada de los valores. La universidad es víctima de un circo de poder.

El circo de poder es un medio propicio donde cierto tipo de gente trata de escalar el peldaño más alto de poder, lo que le permitirá hacer lo que quiera en beneficio propio. Dentro de estos artistas circenses, el más peligroso es aquel que asume la identidad del titiritero, idónea para lograr sus metas y objetivos, sin importar la ética, la moral o la dignidad de las personas. Ambicioso en fin, trata de extraer beneficios sin saber lo que destruye.

Estas personas son ahora dueños del circo y además se postulan como los más audaces titiriteros, que con impunidad y corrupción alegremente jalan los hilos a su favor, sin pensar muchas veces en el respeto y dignidad de las personas, utilizan los recursos de la institución más allá para lo que fueron establecidos. Ejemplos, existen varios: utilizar al personal de menor rango laboral para sus quehaceres domésticos, utilizarlos como chóferes particulares, mandaderos y todo esto ajenos a los intereses de la universidad.

Dependiendo de la jerarquía también se utilizan personas más capacitadas para que desarrollen sus trabajos que posteriormente son presentados en productividad como suyos y podría enumerar más ejemplos de malos manejos y robos bien maquillados.

Estos titiriteros también se visten con varios disfraces y sin el menor remordimiento se ponen títulos nobiliarios como licenciado, maestro, incluso doctor. Los menciono como títulos nobiliarios porque muchos no defienden el conocimiento ni el esfuerzo que conlleva a obtener este tipo de grado académico, pero aprovechan el nombramiento para que se les reconozca como tal y obtener los favores en estos feudos de poder. Desgraciadamente la gente se va con la finta y hasta los admiramos, otro de los candados a la realidad. ¿Por qué existen estos candados a la realidad?, ¿Por qué si ya los descubrimos?, ¿Por qué no tomamos las llaves y los abrimos?, ¿Será que no tenemos la llave correcta?, ¿Será que no queremos perjudicar a alguien?, ¿Será que estamos en esa mafia?, ¿Será que debemos favores?, ¿Será que no estamos preparados a vivir una realidad sin candados o tenemos miedo?, ahí les dejo de tarea y si es posible los invito a que traten de responder alguna de las preguntas.

En teoría considero que un hecho innegable es la cultura del miedo. Divagando sobre esta cultura, creo que se ha desarrollado bajo ciertos criterios, y es parte del pensamiento popular. Muchos pensamos que el trabajo en una institución es un punto de partida para el desarrollo y desempeño profesional y amalgama el bienestar y la seguridad familiar, ¡no queremos perderla!.

Doy gracias a aquellos hijos de ..... que creen que si no tienes menos de cierta edad , en el mejor de los casos menor de 40 años, ya no pueden esperar de ti buenos resultados y según este pensamiento es mejor que pongas un negocio por tu cuenta o mejor muérete, ya no eres útil en los empleos. Pobres empresarios no saben que la experiencia también cuenta y a esas personas que las discriminan por su edad van a ser sus próximos competidores.

Algo que me comentaron y me pareció muy interesante fue esto "para perder un empleo primero tienes que tenerlo, pero al perder el empleo, realmente no perdiste el trabajo, sino que tienes otra oportunidad para encontrar un trabajo mucho mejor". Y, por azares del destino, se me cumplió.

A pesar de todo lo anterior pensamos que el trabajo va a permanecer mientras mostremos respeto y demos excelentes resultados, yendo más allá de las funciones básicas del puesto que desempeñamos. Muchas personas no reparamos en las funciones del puesto o más triste no sabemos cuales son todas estas funciones por las cuales fuimos contratados, sino como comente anteriormente vamos más allá en las actividades demandadas. No sabemos decir no, por el temor de caer en una error laboral y generar una excusa para una llamada de atención. O peor en un despido. Entonces como dijo el asiático "o copelas o cuello".

Por otro lado casi puedo asegurar que la mayoría de las personas son cooperativas y hacemos con gusto algunas tareas que no están contempladas en nuestro trabajo, aunque sea para no aburrirnos. Venimos de un entorno donde se nos enseña a convivir y cooperar con los demás, en mi opinión es más placentera la vida. Siempre he pensado, sí el vecino esta bien, yo también lo voy a estar. ¿Y tú realmente te llevas con tu vecino?, por favor no le pongas candados a la realidad.

Otro de los factores es la autoestima, no confundir con la soberbia. Muchas veces me he dado cuenta que las personas esperan más de ti que tú misma, muchas veces las personas piensan que si puedes hacerlo y otras tantas veces sorprendentemente lo haces. ¡Guau!!, ¿Cómo lo hiciste?. Así es, cuando se quiere se puede, y somos capaces de eso y más. El pelo en la sopa, los titiriteros se dan cuenta y les da miedo, como es posible que tenga iniciativa tal o cual persona, me va a hacer trabajar más. Por que nada más dicen que sí. No se necesita la opinión de nadie soy yo el que tiene la razón y ya. Este esquema no favorece para ninguna institución es preciso el debate, no el arrebate. Ahí esta otro candado de la realidad, subestimar a la gente y hacerla menos. Eres una pobre hormiga y además sin patas.

El compadrazg, mmm.., muchas veces en nuestra cultura pensamos que el trabajo nos lo proporcionará alguien que le caemos bien, o es un familiar que nos puede heredar la plaza (no estoy hablando de los maestros, pero si de una institución), o un amigo del familiar que nos puede colocar en ese puesto, aunque no sepamos nada, cualquier similitud con algún caso que usted conozca es pura casualidad. El titiritero por lo regular utiliza el favor negociable que es un término que se me ocurre en esté escrito.

Hubo el padrino mágico que nos recomendó para el puesto y que debemos el favor negociable. por lo cual se cobra en las famosas mafias laborales, pero que pasa cuando no esta el padrino o que el puesto que desempeñas no lo obtuviste por el padrino mágico o por tu linda cara, bueno es otro caso que lo comentare después, el titiritero querrá el puesto para otro de sus agremiados y empieza a ejercer presión. Y si no cumples la *Cuarta ley de Newton corres el riego que seas la próxima victima del mobbing.

..............................* Todo lo que se arrastra tiende a subir

El titiritero en una de sus facetas malignas, ejerce su poder destruyendo tu forma de trabajo, si no acatas lo que quiere, aunque sepas que va en contra de tus principios. Él empieza a minar tu mente en un inicio, te empieza a decir que no eres competente, desacredita la función o el trabajo que has desempeñado. En resumen te acosa laboral y mentalmente.

Como experiencia les comento que fui el elegido del títere del titiritero, cosa graciosa, creo que al que realmente perjudicó fue al titiritero, sobrestimó su puesto y se le empezaron a enredar los hilos que lo sostenían. Empezó el títere aplicar la presión laboral comenzando con la cansadora y después con el acoso. Me hablaba el títere en voz baja, estás cobrando sin hacer nada, eres un flojo o no estás capacitado para tal o cual actividad, ¿cómo llegaste al puesto?, ¿qué voy a hacer contigo?.

Simplemente enfrentándome en forma respetuosa y un poco audaz le contesté, le comente "sí tú eres el jefe, debes saber lo que tienes qué hacer, por eso estas en ese puesto, porque ten la seguridad que yo sí sé lo que tengo que hacer". Y empecé a recolectar y organizar todas las pruebas que el mismo me proporcionó; en su afán de perjudicarme no aprendió bien del titiritero y omitió algunos detalles.

El titiritero del circo, por su parte se vio frustrado y para mantenerse hizo circo maroma y teatro con el fin de que a vista de todos los demás se viera que la elección de sucesor era la correcta. Pobre, no se dio cuenta que algunos títeres en pos de convertirse en titiriteros pueden hacer una madeja de los hilos de los que cuelga.

Muchas veces el titiritero en su afán de mantener su poder estorba al que quiere trabajar o quiera sobresalir con sus proyectos, no vaya a ser que lo opaque o que pueda peligrar su puesto, además debe hacer favores a la mafia que posiblemente le dio el puesto y no le quiten el circo donde esta royendo el hueso y, si debe sacrificar a alguno de su circo, ¡ que se lo coman los leones!. Desgraciadamente el tiro muchas veces sale por la culata.

Cómo comenté, la cultura del miedo hace que se permitan estos abusos, ya que se encuentra toda una línea de cirqueros amafiados que protegen sus nichos y no quieren que las personas se subleven, que los prisioneros de sus deseos se amotinen, que siga mi estilo de vida, sin que nadie diga nada, remeros quiero esquiar, remen más rápido!!. Creo que hay un candado de la realidad o me lo estoy imaginando.

La experiencia de aprendizaje se las comparto, no vaya a ser que estén en un caso similar. Como regla general, recopilé las pruebas donde se me acosaba y la presente ante los responsables de los departamentos de conflictos laborales y de recursos humanos a sus distintos niveles; primero localmente y después regional y craso error, me di cuenta por lo que me contestaron que existía una línea de aquí hasta allá, que la mafia estaba fuerte. Así que no tuve más remedio que tomar otras acciones. Demandar y esperar que las leyes de trabajo se apliquen, ya que mi responsabilidad era dar a conocer estas tropelías que se efectuaban en mi Institución de trabajo y afrentaba a mi persona, no sólo a mi persona era hacia el sustento de mi familia, era el trabajo, era mi dignidad. Si tú estás en esta situación yo te puedo compartir mis experiencia más detalladamente.

Ahora. Lo que me queda claro es que hay que eliminar la cultura del miedo, y eso sólo se hace enfrentándola. Muy importante: hay que exigirse como persona que valemos mucho y no debemos dejarnos pisotear y, mucho menos, que le hagan lo mismo a los demás. Si no se ataca el mal de raíz progresa y se convierte en epidemia.

Siguiendo con el titiritero, personaje por demás no muy grato: como las instituciones no tienen una reelección permanente se debe poner a otra persona a cargo por la cual se tuvo que seleccionar a un sucesor. A esta alturas el titiritero se ve presa de la angustia y de temor.

Sí se conocen todas las anomalías y abusos es peligroso para él, aunque aquí en mi país la mayoría de las veces los jubilan. Pero este titiritero aparte de buscar a alguien que tape todas las cosas que lo puedan perjudicar y aparte en su afán de proseguir teniendo los beneficios del circo, interviene para que su títere sea el electo, afectando al que realmente era el ideal. ¿Como lo hizo? Pues como todo maestro titiritero con trucos y malas artes. Es decir, que él piensa que es idóneo para la limpieza de toda la basura corrupta del circo.

El problema número uno: el títere no aprendió bien las lecciones del maestro y empezó a hostigar a varios, otra cosa que aprendí es que ataca a uno por uno, no a todos porque juntos también se pueden amotinar, y, ya se sabe, una golondrina no hace primavera.

En resumen, el títere elegido fue suspendido del puesto gracias a que algunos alzamos la voz y se pudo abrir un pequeño candado de la realidad. El daño hecho se está reparando con la buena voluntad de todos. Ahora enfrentamos otros candados y estamos más entrenados en la cerrajería. Hemos vislumbrado un pequeño ejemplo de lo que podemos hacer cuando tratamos de erradicar la cultura del miedo.

Como humanos que somos, sabemos que no somos tan inútiles, aunque sea servimos de mal ejemplo. Pero servimos para algo. Ahora los invito a que aprendan de cerrajería y que los candados de la realidad sean abiertos y que fluya la verdad, los valores y la buena voluntad entre nosotros.

El titiritero se quedo sin títere y sin circo.

Odin

P.D. el titiritero no se aparece por el circo

jueves, enero 24, 2008

Carlos Manuel Cruz Meza: El peligro demócrata y los líderes de opinión



Pocas maneras de gobierno tan temibles y engañosas como el juego demócrata. No en vano Aristóteles se refería a ella como una forma de gobierno bastardo. La democracia es "la dictadura de las mayorías", y por ende, la imposición de su anónima voluntad sobre las minorías. Por desgracia, las demás opciones son poco halagüeñas: monarquías, dictaduras, oligarquías... Pese a ello, la democracia es buen recurso para el discurso nacionalista y el maquillaje comunicacional. En nombre de la democracia se justifica y legitima todo, incluso la violencia y la represión. Es un monstruo polimorfo que a todos acomoda y a todos conviene, que lo encierra y representa todo. La democracia es la Gran Prostituta, por todos utilizada y por todos vejada, y que casi a ninguno le interesa realmente; una mascarada en donde los protagonistas intercambian antifaces según la conveniencia del momento.
Una de las verdades más crueles es la incapacidad de mando que el pueblo ostenta cuando obtiene el poder. Como niños que dirigieran una casa, los casos en que el mando llega a ellos sólo provocan guerras intestinas, matanzas, luchas fratricidas. Cualquier revolución demuestra la incapacidad de las masas para gobernarse a sí mismas. Eternos infantes, demuestran que en el fondo de todo persiste el problema de la educación: un pueblo sin educación es una nación de menores de edad, una muchedumbre de analfabetas funcionales.
Como en la novela El proceso de Franz Kafka, no existe mayor riesgo que caer en manos de la servidumbre burócrata. Los funcionarios menores son el veneno de una nación, pues la frustración y la insatisfacción son su pan de cada día: ni son realmente poderosos, ni son realmente insignificantes. Habitan un limbo administrativo. Poseen un poder mediocre que no les permite hacer grandes cosas, pero los obliga a ocuparse de las pequeñas. Son la infantería de un país: se les necesita para mantener en funcionamiento al sistema, pero ninguno es imprescindible. Como la soldadesca, obedecen órdenes y no dudan en disparar su arma en cuanto tienen la menor oportunidad. Un viejo adagio tuareg afirma: "Teme al hombre grande si le ofendes; teme al hombre pequeño si lo honras".
En el campo de las comunicaciones, podemos apreciar lo que un receptor espera del emisor: que capte su interés. Los medios son, de muchas maneras, productores de novedades que compiten por la limitada atención de una masa anónima cuya percepción está moldeada por lo que recibe, debidamente maquillado, a través de la comunicación masiva. Para Harold Laswell, la función social de los medios consistía en supervisar y vigilar el entorno, en transmitir la herencia social mediante la educación, en unificar a los componentes de la sociedad en su respuesta al entorno y, sobre todo, en entretener. En ciertos medios, sobre todo aquellos vinculados con la política, las formas son más importantes que el fondo. Como afirmó Marshal McLuhan: "El medio es el mensaje".
Dice Caldwell: "Debes hacer creer a los otros que tienes un cierto poder (...) Ten confianza en ti mismo y repite que eres un hombre importante; repite eso constantemente, aunque la verdad sea que todavía carezcas de importancia (...) No hace falta que esto sea cierto; lo único necesario es que uno se lo crea y, como por ósmosis, esta creencia se extenderá a los otros". Con ciertas modificaciones, estas palabras fueron retomadas siglos después por el propagandista nazi Josef Goebbels, cuando afirmó que "una mentira repetida mil veces se convierte en verdad". Lo más importante para un comunicólogo es ser persuasivo; y eso se logra cuando él mismo cree (o finge creer) en lo que está diciendo. Debe hablarle a los demás como le gustaría que le hablaran a él: con pasión, con convicción, siendo tajante. De muchas maneras, el comunicólogo (igual que el líder de opinión y que el político populista) es mesiánico; es una especie de caudillo, un profeta contemporáneo que posee "la verdad" sobre el tema del que está hablando. Aún las fisuras en su discurso pueden ser solventadas gracias a la legitimidad que le otorga la autoconfianza. Más que la información, lo que importa es el manejo de esa información. Y en el caso del político, tanto o más importante que el Poder, es la percepción que los demás tienen de ese Poder.
En la comunicación social, lo importante es la propaganda; siglos de manejo de información nos han legado el conocimiento de que importa más el cómo se dice algo, que el qué se está diciendo. Apelar al sentimentalismo del auditorio es la manera más sencilla de que el mensaje sea bien recibido. Para Paul Lazarsfeld, por ejemplo, existen dos funciones y una disfunción. La primera función es la de conferir prestigio (dar fama y fortuna a alguien). La segunda función es la de reforzar las normas sociales (esto es, promover lo que la gente considera correcto). Existe además una disfunción narcotizante (o sea, la manipulación que los medios ejercen sobre la gente). Los medios ejercen un sutil control social. Los medios son las causantes de que las masas sean conformistas. Además, deterioran la cultura e inculcan gustos vulgares.
Capitalizar el viejo argumento de la lucha de clases consigue que los receptores se muestren más dispuestos a aceptar como válido cualquier tipo de mensaje, si este es maquillado de populismo y arengas clasistas. La vieja historia del pobre oprimido y el rico opresor sigue siendo el vehículo favorito para vender mensajes. El pueblo cree que los cambios significan progreso. Y hacer que siga en esa creencia es la labor de la Comunicación Social. Porque su visión siempre es parcial: sirve al poderoso, no al pueblo. Su misión es llenar de maquillaje y oropel lo que en general es paja y viruta. La misión de una oficina de Comunicación Social es vender una versión oficial sobre un asunto determinado, y hacerla convincente y atractiva ante los ojos y oídos de sus receptores. Sobre todo, resaltar el lado positivo de cualquier acción, por intrascendente que esta sea. Por ende, debe prescindir del lado autocrítico, volverse complaciente e insistir en la importancia de su mensaje. Como es bien sabido, las mentiras más peligrosas son las verdades ligeramente deformadas.
La memoria colectiva es corta y convenenciera. La Comunicación Social responde al deseo de novedades que la gente posee. Las primicias sobre fruslerías y la supuesta interacción con el auditorio provocan que los receptores se sientan parte de un proceso de comunicación que sólo en apariencia va en dos direcciones. "No hay nada más viejo que las noticias de ayer", afirma un antiguo refrán periodístico.
Todo adversario es un riesgo potencial y por ello es mejor contar con aliados. Las alianzas conjuran el peligro, evitan las fracturas y reducen la desintegración; además, aumentan las propias fuerzas. Invitar al enemigo a casa es una manera de ejercer un sutil control, de supervisarlo y aún manipularlo. En el mejor de los casos, de convencerlo.
Los receptores que integran las masas tienden a la simplificación, a volver banal cualquier asunto importante. Son reduccionistas y básicos, manejan limitada información (que casi siempre obtienen distorsionada a través de los medios de comunicación o de los rumores), y tienden a la esquematización. Maniqueos, ven al mundo en blanco y negro, a los protagonistas de los eventos los dividen en buenos y malos, y sus juicios de valor siempre tienen una carga moralina. Pese a sus carencias, se asumen informados y críticos, aunque en realidad estén contaminados por la visión de los líderes de opinión, y se limiten a repetir lo que ellos promulgan.
De muchas maneras, todo líder de opinión aprovecha las debilidades de su auditorio: sus prejuicios, sus creencias, sus dogmas, su visión parcial sobre un asunto, sus tendencias a la radicalización. El líder de opinión no intenta el diálogo; al contrario, busca un eterno monólogo. Se basa en el culto a la personalidad. En esta forma, para él siempre debe existir un rasgo vinculado al humor. Ningún evento trascendente en la historia humana escapa de su inmediata vuelta sátira. Desde las comedias de Aristófanes y las caricaturas decimonónicas hasta Charles Chaplin y su burla de Adolf Hitler en El Gran Dictador, desde Mafalda y su politizado humor sudamericano hasta las caricaturas sobre los gobernantes en turno, desde los shows de comediantes en vivo hasta Los Simpson, el humor ha encontrado un filón inagotable en la realidad y ha sabido ser explotado a través de los medios de comunicación masiva.
De las tragedias se hacen algunos de los mejores chistes. Esta característica no forma parte solamente de la idiosincrasia mexicana, sino que aparece en todas las latitudes. El ser humano se ríe de sí mismo, de los demás, de lo que lo asusta, de lo que lo enamora, de lo que respeta, de lo que aborrece. De lo que lo conmueve. El humor es también un homenaje. Es crítica ácida y dedo en la llaga. Es ejercicio catártico y descanso de la tensión. Es escape de la realidad y la realidad misma. Es fiesta de disfraces donde los antifaces brillan por su ausencia. Es ironía deliciosa y mal gusto exasperante. Es blasfemia y panfleto, consigna y escarnio, vulgaridad y elegancia, veneración e irreverencia. Es sonrisa, risa, carcajada. Es amargura y dolor. Es siempre necesario. Es risible.
Como Paul Lazarsfeld afirmó, existe un flujo de comunicación en dos pasos, que va de los medios a los líderes de opinión primero, y de los líderes de opinión a sus seguidores después. Reiteradamente, los líderes de opinión reciben información de primera mano y luego la retransmiten a la gente, contaminada por su propia opinión. Los líderes de opinión son accesibles y populares; la gente los considera como gente calificada en algún tema específico aunque esto no se base más que en un cierto prestigio, obtenido a fuerza de venderse, muchas veces de manera sensacionalista, a la opinión pública. En el fondo de todo líder de opinión hay un maestro de ceremonias que invita a contemplar un espectáculo circense; esa es su naturaleza y su fuerza: convencer a su auditorio de que su espectáculo es cierto. No importa si el Hombre Fuerte del circo es realmente capaz de levantar un automóvil o si todo es un truco; lo que importa es que los espectadores depositen su fe en que el prodigio es cierto. Todo líder de opinión es un vendedor de prodigios, aunque estos no sean más que sus propias palabras, la magnificación de su opinión personal. Debe recordar que los enemigos de ayer son los aliados de mañana. Puede modificar sus opiniones bajo el entendido de que este cambio siempre debe contener cierta continuidad, aunque esté desprovista de la lógica. Hay una visión esquizoide en los postulados de un líder de opinión, ya que su discurso es modificable y adaptable según las circunstancias, cayendo en contradicciones que terminan por ser aceptadas y asimiladas por sus seguidores bajo la cómoda perspectiva de la matización. De esta manera, un líder de opinión puede terminar defendiendo lo que ayer condenaba.
No hay mejor propaganda que la benevolencia; y todo líder de opinión se divide entre un fustigador extremista y un redentor mediático. Mostrar magnanimidad es un valor agregado que añade aún más legitimidad a los argumentos y gana instantáneas simpatías. El poder del pasado es dicotómico: por una parte, resucitar las viejas glorias puede bruñir la imagen de cualquiera. Por otra, rememorar oscuros pasajes a menudo olvidados asegura una descalificación amparada por el "juicio" de la Historia. Un juicio manipulado y tendencioso, pero efectivo en cuanto al manejo de la información, sirve para destruir a los opositores.
Todo político; aún más, todo hombre público, necesita del histrionismo para labrarse una carrera. No hay más remedio que ceder al llamado de los reflectores y vestir las ropas del actor, para convencer al público de que se es otro. Este caso de impersonation no tiene que ver realmente con el engaño craso, sino con la simulación. Una especie de mimesis cuyo fin es convertirse en un "producto" más atractivo. El líder de opinión es un general sin ejército. Lanza sus arengas para convencer a sus seguidores, reales o potenciales, de los beneficios de su postura, de las bondades de su visión. En este sentido, es un gran autopropagandista. La promoción de la propia imagen es básica para posicionarse dentro del gusto de la gente. También existe una fuerte tendencia a la descalificación del otro: con aquel que muestra una postura diferente no existe posibilidad de diálogo. El líder de opinión, a diferencia del politólogo o del especialista, se preocupa más por la preservación de su mensaje que por su autenticidad. Él mismo es su mensaje. Por eso defiende su postura con ardor y no cede terreno a los demás.
Somos una memoria colectiva, la summa del saber de la especie. Ese conocimiento forma parte de nuestra herencia como humanos. Formamos entonces un interminable rompecabezas al que siempre se añaden nuevas piezas. También hay huecos insalvables y fragmentos perdidos. Pero de lo que queda, parcial e incompleto, obtenemos las herramientas para seguir construyendo la memoria de la humanidad. Pese a su tufillo a lugar común, una frase define muy bien un axioma repetido hasta la saciedad: la calma precede a la tormenta. Esto es más señalado cuando revisamos la Historia y descubrimos cómo los momentos de paz han precedido siempre a los momentos de guerra. Esta extraña onda de choque que implica al silencio precedente a la destrucción, se hace presente en diversos momentos de la vida de un pueblo.
Un líder de opinión que se respete siempre posee tintes de moralista: advierte constantemente contra la inminencia del desastre, aún cuando este desastre no tenga un perfil definido. Pero señalar que algo va a ocurrir es apostar a lo seguro, pues algo siempre ocurre. La sensación de inexorabilidad: esa es la base de la propaganda, de su contenido manifiesto, ese conjunto de símbolos que poseen un significado y que, como decía Bernard Berelson, son fácilmente identificados por el auditorio al cual van dirigidos.
La perseverancia es básica para todo líder de opinión. No importa si se equivoca: importa que jamás lo admita, y que además tenga una pésima memoria y olvide sus errores pasados. El líder de opinión pierde su credibilidad si admite una falla; y su credibilidad lo es todo para él. Debe permanecer firme, frío e incólume. Ser sostén de sí mismo y ejemplo de perdurabilidad.

cmcorp00@gmail.com

martes, enero 22, 2008

Juan Goytisolo: Larva, de Julián Ríos



En estos últimos días, este blog ha publicado dos textos que se refieren, el primero a una obra intraducible y apenas legible, Finnegan's Wake de James Joyce; y luego la pretensión de hacer lo mismo que el escritor irlandés por parte de cinco escritores que tras un llamado Manifiesto Crack pretendieron hacer creer al público que buscaban lectores de élite para sus obras, cuando en realidad todo se trató de un truco más que comercialote, así como la entrega de principios éticos a cambio de chambas otorgadas, ¿por quién va ser sino por el gobierno yunquista?. Resulta obvio que entre éstos últimos y el creador de Ulises existe una distancia como de aquí a la Utopia de Moro.

En esta ocasión, y para impedir que algunos de nosotros nos suicidemos literariamente por no poder o haber podido con el Wake de Joyce, presentamos esta reseña del escritor español Juan Goytisolo a un libro (en español para que no se nos quejen los que mastican el inglés) editado en 1983 y de nombre Larva; libro en el que su autor, Julián Ríos (siguiendo los vericuetos de Joyce) propone al público una lectura también innovadora y difícil, la que, por cierto, nada tiene que ver con la dificultad propuesta por los mercaderes del Crack.
Pero bueno, dejemos que Goytisolo nos ponga al tanto de Larva.
Para los interesados (y osados) en leer fragmentos de esta obra, vaya al texto incluido en este mismo número: Julian Ríos, LARVA.
(I.G.)

Saludar a estas alturas el nacimiento de Larva como un acontecimiento sería una perogrullada: pocas obras en la reciente historia o historieta española han suscitado antes de salir tantas expectativas, provocado admiraciones tan entusiastas, ocasionado tantos recelos y hecho correr tanta tinta. Desde la aparición de sus primeros fragmentos, hace ya una decena de años, la novela en marcha de Julián Ríos ha creado poco a poco, en España, Latinoamérica y los medíos hispanistas de Europa y Estados Unidos, núcleos de lectores minuciosos y atentos, apasionados de una empresa difícil y estimulante que, conforme transcurrían los años, aumentaba el número de pasajes impresos, mantenía en suspenso la percepción de la compleja estructura de su fábrica y se convertía en una leyenda.
El desafío que planteaba justificaba ciertamente dicha expectación: el monstruoso alumbramiento por entregas de Larva arramblaba, en efecto, durante las convulsiones del trance, con los hitos y mojones fronterizos que delimitaban el territorio de la narrativa.
Parto tras parto, con la serenidad y entereza del creador consciente de tener todo el futuro por delante, Julián Ríos proseguía su aventura de dinamitar el código usual del relato, hacerlo estallar en millares de fragmentos de una deslumbradora inventiva, poner su inmensa cultura al servicio de una operación milagrosa: transmutar las palabras muertas del diccionario en organismos vivos y rebosantes de energía, tejer entre ellas una trama de relaciones sugestivas e insólitas, fecundarlas mediante trasvases culturales e inconfesables tercerías, entrar con ellas a saco en otros campos semánticos hasta forjar un metalenguaje que sería a la postre meta-literatura.
En tiempos míseros como los que corren, cuando el mimetismo atropellado y vacío de unos y el conservadurismo y pretensiones comerciales de los más parecen bloquear todas las salidas, el rigor, paciencia y ambición creadores de un proyecto como el de Julián Ríos poseen un valor ejemplar, salutífero.

Aparición discreta

Eludiendo los grandiosos lanzamientos publicitarios de la novela de consumo inmediato (¿quién se acordará dentro de 20 años de las supuestas obras maestras pregonadas últimamente a bombo y platillo?), Larva aparece, al fin, casi de puntillas, con la discreción maliciosa que conviene a una obra de tal envergadura y talla: presta no ya a una batalla similar a la de Hernani, sino a una guerra o guerrilla de desgaste que, teniendo en cuenta la variedad de armas del enemigo del silencio hostil al ataque, del elogio huero para salirse del paso a la forja de una imagen-espantajo de presunta inaccesibilidad, puede prolongarse por espacio de varios lustros.
Pues Larva, aun antes de su último y más espectacular alumbramiento, formaba ya parte de la historia de nuestra literatura. Independientemente de sus gustos personales y de la perspectiva que adopte en sus asedios, el lector honesto del libro se enfrenta a una evidencia: la novela de Julián Ríos ocupa un lugar aparte, un territorio literario desconocido en nuestro idioma con anterioridad a ella y que ya no podrá ser ignorado después.

Si el compromiso fundamental del creador, tal como yo lo concibo, consistirá en devolver a la comunidad lingüística y cultural en la que se inserta una lengua literaria distinta y más rica que la que recibió de ella en el momento de emprender su tarea, el autor de Larva ha satisfecho esta exigencia con puntualidad y precisión.

El ámbito narrativo forjado por Julián Ríos se distingue de los malhadados experimentos lingüísticos y chapuzas Iúdicras de los últimos años por la propiedad y rigor de sus fundamentos, una voracidad cultural a horcajadas de una docena de áreas idiomáticas, una pasión vertiginosa por la palabra llevada a los límites de la locura, un sentido del humor y una inventiva que le emparientan con ese linaje de creadores atípicos que va de Rabelais y Sterne a Machado de Asís y Cabrera Infante. Inventiva, humor, parodia, que obligan al lector no embotado por el consumo masivo de éxitos de venta a prorrumpir en carcajadas en las páginas sabrosas, divertidísimas, llenas de extraordinarios juegos de palabras, de ese Apagar y vámonos, en las que la cohorte de doncellas, casadas, aventureras, prostitutas y demivierges conquistadas por el héroe se vengan, en una babel lingüística atestada de alusiones y retruécanos, de su desdichado seductor.
Me adelanto a una objeción que cuantos se sientan amenazados por la radicalidad de una propuesta que choca de frente con sus gustos y criterios restrictivos y conservadores no dejarán de formular: esto lo hizo ya Joyce hace 40 años.




Prescindiendo del detalle esencial de que la revolución joyceana se llevara a cabo en su lengua adoptiva, y no en la nuestra y de que nadie había osado realizar hasta hoy en castellano la tarea de extender a unos límites tan vastos el campo de juego y maniobra de la escritura, quienes pretendieran descalificar a Larva con ese tipo de argumentos incurrirían en un anacronismo semejante al de aquellos fieles portavoces del pensamiento correcto en los benditos tiempos del franquismo, cuando tildaban a los principios básicos de las sociedades abiertas y democráticas de nociones decimonónicas y rancias, sin percatarse, al parecer, de que las defendidas por ellos no se remontaban a un siglo y medio, sino ala noche oscura de los tiempos.
Motejar a Joyce de anticuado cuando se practica o defiende una escritura que remeda a la de los padres o epígonos del realismo mágico o profano es recurrir a un arma que se vuelve fatalmente contra quien la utiliza. No olvido que la literatura abarca gran variedad de moradas, pero el mismo derecho tiene a ellas quien asume inteligentemente el legado de Finnegan’s wake que el mugiente tropel de los imitadores de García Márquez.

Un festín literario

Una apostilla final: Larva no es, ni mucho menos, como algunos pretenden, una obra casi ilegible, propiedad exclusiva de un grupo de iniciados. En mi opinión, un lector de cultura media, sensible a la vida proteica y maravillosamente maleable de las palabras, y dotado, eso sí, de sentido del humor, puede penetrar en sus páginas y participar del suculento festín que le brindan. Julián Ríos es un alquimista del verbo, capaz de transformar en objeto de risa o irrisión los conceptos y términos más graves, severos y respetables: su libro constituye en todo caso una auténtica fiesta tras la penosa dieta a pan y agua que habitualmente nos impone nuestra mediocre producción novelística.

Julián Ríos, Larva, Ediciones Del Mall. Barcelona, 1983, 600 páginas.

Peniley Fernández: Calendario (335-331)



335

El ayer es una mañana de fina azúcar
y el viento no para de correr.
Beatriz Pérez Pereda


Los terrones de azúcar en los retratos
no encuentran huracán que los amaine
La selva de cemento
no encuentra oscuridad que la calle
yo no encuentro sobriedad para olvidar
el reencuentro con las fotos
el despertar a la miseria de tu falta.

334

Tomas mi vida, siempre encuentras la parte blanda de la trenza de mi tristeza y la exprimes, destilas el dolor y me besas, así sobrevivo, y existes en mí.

333

No deja de llover. Mi casa es un cántaro con huesos destartalados. Esta ventana salpica mi cuerpo, el eco salpica las avenidas enlazadas. Oigo ruidos en un jardín al fondo de mis gestos, los ecos se desparraman en la noche, son ángeles llenando la estancia de olores ocres. Parezco una mascota que pasea junto a su jaula para esconder su deseo.
Amanece el olor dentro.
Hace cuatro siglos dios decidió no mirarme. Ahora me perdona, y me encomienda militancia clandestina, búsqueda de palabras insondables. Encuentro mi palabra sujeta a un árbol con una cinta roja, embelezada con una camarada. Mi palabra lésbica, mi palabra perspicaz, mi palabra huyendo de mi cuerpo, mi palabra llena de laberintos y de olores, mi palabra en el rastro de mi boca, y mi boca bajo el árbol estremecida con el rostro de la ausencia.

332

No faltas, es la lejanía que enmudece
es que no tengo casa ni dispongo de mis ruinas

No faltas, es que he salido a caminar el pueblo
y este silencio maternal me responde
no existe nada.

331

La luz cae sobre la ventana
como latigazos en la espalda de Cristo
Gozo los rayos esparciéndose en la casa
reescribo el tiempo

He ensuciado con la sangre de dios
esta libertad para escribirte
he comprado al traidor
para pronunciar tu nombre

Ahora soy un personaje dispuesto
a morir en cualquier parte de mi historia
ahora a punto del suicidio no temo
estuve prescrita desde antes de amarte
anduve sobre ti desde que mi sombra era un murmullo

La luz cae sobre la ventana
escribo tu nombre nuevamente
y los grandes temas se acumulan llenos de polvo
en una esquina de mis versos.

lunes, enero 21, 2008

Ángel González: Poemas



Nota introductoria de José Luis Cerdán

Ignacio:
Acabo de leer que murió el poeta español Ángel González, "escritor de la libertad y el compromiso" como tituló El País. En la ceremonia laica que convocó a la intelectualidad española, lo mismo se dieron cita Almudena Grandes y Juan José Millás que Joaquín Sabina, todos reconociendo la ética machadista del poeta "que dignificó la derrota", como también cabecea el diario madrileño.
Se trata de un poeta que fue reconocido como cabeza y, de alguna manera, tutor de la llamada generación de los 50. Recibió varios premios, entre ellos el Cervantes.
Murió a los 82 años, tras una vida que, según testimonios varios, se significó por la liberalidad, la solidaridad, el compromiso y la ética. Juan José Millás, quien hace menos de un mes recibió junto a Ángel González el doctorado honoris causa en Oviedo, dice: "Aquel día del honoris causa, con ese disfraz que nos ponen, se echó la mano al pantalón para coger un cigarro, como si hiciera una travesura. No renunció a nada hasta el final".
Necedad, pues, que recuerda su forja en plena represión franquista. De su obra se destacan los títulos: "Áspero mundo" (1955) , "Sin esperanza, con convencimiento" (1961), "Grado elemental" (1961), "Tratado de urbanismo" (1967), "Breves acotaciones para una biografía" (1971), "Prosemas o menos", (1983), "Deixis de un fantasma" (1992) y su último libro, "Otoño y otras luces" (2001).
Vale la pena, creo, recordarlo y publicar algunos de sus poemas, ¿no crees?
Te envío un saludo afectuoso.
José Luis Cerdán

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Poemas de Ángel González


A MANO AMADA

A mano amada,
cuando la noche impone su costumbre de insomnio
y convierte
cada minuto en el aniversario
de todos los sucesos de una vida;
allí,
en la esquina más negra del desamparo, donde
el nunca y el ayer trazan su cruz de sombras,
los recuerdos me asaltan.
Unos empuñan tu mirada verde,
otros
apoyan en mi espalda
el alma blanca de un lejano sueño,
y con voz inaudible,
con implacables labios silenciosos,
¡el olvido o la vida!,
me reclaman.

Reconozco los rostros.
No hurto el cuerpo.

Cierro los ojos para ver
y siento
que me apuñalan fría,
justamente,
con ese hierro viejo:
la memoria.


A VECES


Escribir un poema se parece a un orgasmo:
mancha la tinta tanto como el semen,
empreña también más en ocasiones.
Tardes hay, sin embargo,
en las que manoseo las palabras,
muerdo sus senos y sus piernas ágiles,
les levanto las faldas con mis dedos,
las miro desde abajo,
les hago lo de siempre
y, pese a todo, ved:
¡no pasa nada!
Lo expresaba muy bien Cesar Vallejo:
"Lo digo y no me corro".
Pero él disimulaba.



CANCIÓN, GLOSA Y CUESTIONES

Ese lugar que tienes,
cielito lindo,
entre las piernas,
ese lugar tan íntimo
y querido,
es un lugar común.

Por lo citado y por lo concurrido.

Al fin, nada me importa:
me gusta en cualquier caso.

Pero hay algo que intriga.

¿Cómo
solar tan diminuto
puede ser compartido
por una población tan numerosa?
¿Qué estatutos regulan el prodigio?


¿CÓMO SERÉ...

¿Cómo seré o
cuando no sea yo?
Cuando el tiempo
haya modificado mi estructura,
y mi cuerpo sea otro,
otra mi sangre,
otros mis ojos y otros mis cabellos.
Pensaré en ti, tal vez.
Seguramente,
mis sucesivos cuerpos
-prolongándome, vivo, hacia la muerte-
se pasarán de mano en mano
de corazón a corazón,
de carne a carne,
el elemento misterioso
que determina mi tristeza
cuando te vas,
que me impulsa a buscarte ciegamente,
que me lleva a tu lado
sin remedio:
lo que la gente llama amor, en suma.

Y los ojos
-qué importa que no sean estos ojos-
te seguirán a donde vayas, fieles.

Mary Carmen Gerardo: Abecedario en desorden




Nos hemos hecho tanto, tanto daño
que amarnos entre nosotros es martirio...
Encadenados / Carlos Arturo Briz

H
De todas las jarras de agua que he bebido
ninguna ha terminado con mi sed

B
No puedo leer ningún libro
Me abstengo de ver sombra alguna
Impedida para leer
nada escrito por ti

J
No he construido aún
un castillo de lágrimas
donde el príncipe encantado
seas tú



M
Déjame todo el mar
Vete a otro puerto
que no sea este
Veracruz
palmeras y norte
suicidio a mar

Z
Pensé que había dejado de amar
y de arrastrarme por la arena
pero desaparezco sobre el agua

N
No soy la gran poeta
al menos no lo suficiente
para amarte

A
Hay que renunciar a todo el amor
y vivir


Ignacio García: El crack manifiesto






And in her eyes you see nothing
No sign of love behind the tears
Cried for no one
A love that should have lasted years
Lennon&McCartney


No. No me refiero al crack derivado de la cocaína; el residuo resultante de hervir clorhidrato de esa pasta en una solución de bicarbonato de sodio, anestesia para perros y una pizca de veneno para ratas, y que luego circula como “piedra”, “roca” o “chulas” entre gente que va desde los del más bajo perfil, hasta funcionarios públicos y mensajeros gubernamentales que gastan más presupuesto en perseguirse a ellos mismos que en el de, por ejemplo, construcción de escuelas públicas.
Tampoco hago alusión aquí a alguno de esos que patean una pelota más o menos bien, y los jilgueros de la televisión le endilgan el adjetivo “crack”, lo que evidencia su ya de por sí balconeada ignorancia adornada con esa otra barbaridad que les dice a sus huecas cabezas que el fútbol posee "mística" .

En esta ocasión quiero aludir a ese grupo de escritores que hace poco más de 10 años, publicó un texto (a la manera surrealista, futurista, estridentista) al que llamó así: Manifiesto Crack, y que dejó como herencia cinco novelas y el Manifiesto mismo en el que se pretende esbozar un buen número de ideas propias, además de un mapa de la literatura mexicana publicada hasta ese momento.

Es en 1996 (si bien en la fecha parece existir un error intencional y se data el texto en 1966), que el Manifiesto se da a conocer en una presentación en donde cinco autores se dejan ver con una novela cada uno de ellos. He aquí novelas y autores: El temperamento melancólico de Jorge Volpi; Memoria de los días de Pedro Ángel Palou; Si volviesen sus majestades de Ignacio Padilla; La conspiración idiota de Ricardo Chávez Castañeda y Las rémoras de Eloy Arroz. Cada uno de estos trabajos tiene como consigna capital el rechazo a una literatura “complaciente”.

No se trata el Manifiesto, en todo caso, de un escrito que se jacte de haber hallado el camino”correcto”. Muy por el contrario, se trata de la idea de multiplicidad de voces e ideas. El estilo mismo con el que los autores abordan su tema, ofrece ya un panorama de que no se trata de un instructivo de cómo hacer literatura crack. Los propios autores rehúsan ser los “facilitadores” de otros que escriben, y reconocen que no están en posesión de la verdad, que su tarea es sobre todo de búsqueda. Se dice en una de las partes del Manifiesto: “Las novelas del Crack no nacen de la certeza, madre de todos los aniquilamientos creativos, sino de la duda, hermana mayor del conocimiento..., las novelas del Crack apuestan por todos los riesgos. Su arte es, más que el de lo completo, el de lo incumplido”.

En resumen, y a juicio de Ignacio Padilla, las características de la literatura crack son:
1. Se trata de una literatura compleja y de mayor exigencia formal, estructural y cultural que la del llamado Post-boom, vulgarización de una literatura con la que el Crack pretende conectar.
2. Generalmente se trata de una narrativa dislocada o desubicada del espacio y tiempo mexicanos.
3. Se trata de experimentos lingüísticos bastante aventurados, algunos más que otros, y novelas polifónicas, es decir, no lineales, con muchas voces narrativas… En general se lo consideraba literatura difícil y exigente.
4. Es una literatura no asociada a una pandilla literaria (Vuelta, por ejemplo) ni contaba con un padrino mediático que divulgase las irreverencias de sus jóvenes integrantes (Ignacio Padilla, Jorge Volpi, Pedro Angel Palau y Ricardo Chávez, entre otros).
5. Revaloriza a una serie de autores como José Emilio Pacheco y Sergio Pitol, que entroncan con una literatura europea por la cual los integrantes del boom sienten un gran interés.
6. Propuesta espacio-temporal: cronotopo cero. No espacio, ni lugar, sino todos los espacios y lugares.
7. Propuesta de género literario: la novela, otros géneros narrativos no son mencionados. Existe la intención de
explorar al máximo las posibilidades de la novela.

Si crack en inglés es una palabra que significa fisura o grieta, y es también la onomatopeya de algo que se quiebra (de ahí el nombre dado a la droga al momento de hervir), entonces uno debe asumir que la intención del citado Manifiesto va dirigido no a personas que adquieren un libro con la sola intención de aprender cómo bajar de peso, acomodar sus muebles a la Feng Shui para que les salgan bien las cosas, o simplemente pasar un buen rato sin que quede huella de lo leído; esta clase de lector no compraría un libro crack en el que existen palabras que constantemente deben ser consultadas con un Larrouse en la mano. ¿A quien, pues, va dirigida esta literatura? Otra vez, Padilla (autor de Amphitryon , 2000) respondería: "A un lector que se esfuerce, que no espere encontrar respuestas sino que se haga muchas preguntas y participe tanto en la novela que le quede en la memoria. Quiero un lector que se tome la molestia de leer novelas. Quizá por eso alcanzaré pocos lectores, más sé que algunos de ellos serán muy buenos".
A su vez Celso Santajuliana (autor que luego se añadió al grupo), en un ensayo titulado La generación de los enterradores, señalan la existencia de algo llamado literatura pura y dice: "El pacto de las temáticas comprende la promesa, también implícita, de la literatura pura para ocuparse de los dominios anecdóticos derivados de las prácticas genéricas no cotidianas. Dedicarse en mayor o menor medida a explorar las actividades humanas ligadas al 'espíritu'; aquellos bastiones de la cultura que engloban los logros máximos de una sociedad, su estado actual de progreso, y que por lo general tiene en sus representantes al propio mercado de lectores destinatario. La filosofía, la ciencia, la religión, el arte y la política son las temáticas implícitas o explícitas; y desde allí, las propuestas estéticas más ambiciosas activan e indagan la estructura profunda de la cultura: los ritos, los mitos, los juegos, los lenguajes y los polígonos de inteligibilidad".

La estructura del Manifiesto Crack, es la de un texto académico, un ensayo al modo más clásico. Tan inusitado resulta su redacción, que requiere de una introducción, en la cual se indica ¡cómo leer el resto del texto! Tal parece que en su concepción los autores leyeron el manual poético de Ezra Pound o algo semejante.
Lo que habría que preguntarse en todo caso es si lo “manifestado” por estos escritores crackianos es de verdad novedoso. Sólo recordemos que ya Sergio Pitol y José Agustín, entre varios, habían, sin mucho aspaviento, dado a la literatura un sentido de novedad (no hablemos ya de los autores del “boom”). pero sin necesidad de ofrecer a los lectores “gato por liebre” al entregarles textos apócrifamente profundos y apócrifamente literarios; ni tampoco hacer un pre-apología diciendo muy ambiguamente que “la palabra es una y la misma y porque lo viejo vale para novedad”. ¿Se trata, entonces, de utilizar la técnica Microsoft del cut and paste?

Por otro lado el Crack no pretende, de eso no cabe duda alguna, ser un movimiento rebelde, contestario, marginal, pese a que se intente afirmar lo contrario. Al igual que Contemporáneos, y la Generación de en medio (Ponce, Melo, De la Colina, etc.), y los que acudieron al llamado de Echeverría para “colaborar” con su gobierno y acabaron siendo absorbidos como burócratas y/o embajadores del gobierno mexicano, el crack ha hallado también, bajo el gobierno foxista. algunos acomodos de tipo “universitario” y de burocracia con carácter “cultural”. Lo que demuestra que el gobierno mexicano sabe muy bien acallar voces y posturas cuando se le antoja y de la forma más sencilla. Por supuesto, no se culpa ni se sataniza a quienes tienen que comer y medio vestir; cosa que para la sola pluma resulta imposible.
Así, lo que trataba de ser algo muy singular, y que pretendía crear una fisura en la tradición literaria inmediata anterior para volver al boom rompiendo con una tradición actual vulgarizadora de la literatura, poco a poco se fue esfumando: queda como un buen recuerdo y ejemplo de que los manifiestos deben mejor vivirse que ser escritos.

El lector interesado puede leer aquí el Manifiesto Crack completo.

viernes, enero 11, 2008

Jaime G. Velázquez: El silencio de Aristegui




¿Es el último capítulo de la guerra sucia del 2006? ¿Son los preparativos de las siguientes elecciones presidenciales?
Los mexicanos sabemos vivir sin información fidedigna, hemos sabido aguantar a don Jacobo y aguantamos a los López, a los Alatorre y a muchos otros, porque sabemos que los anuncios a veces son útiles y entre la desinformación puede colarse algo de la realidad que como ciudadanos conocemos con más o menos exactitud.
La información circula cuando la gente corre la voz: somos los primeros periodistas, somos los que informamos a los locutores y a los redactores. Los noticieros sólo confirman o callan. Por ejemplo, ciertos desastres naturales no dañan los barrios residenciales y en la tele esto no se dice.
El silencio que se produce en la W con la pérdida del contrato de Carmen Aristegui nos afecta a todos. Es posible que los inversionistas españoles allí metidos y Televisa aguanten el golpe económico, porque quienes los contratan van a correr el riesgo de que la audiencia no disminuya.
Pero este no es un problema de negocios, sino político: los anunciantes que no se retiren de la W están avalando la medida tomada contra Aristegui. En tanto, ¿qué haremos los radioescuchas?
En diferentes medios se propone que la gente deje de oír la W. Cuando dejó de oírse a Gutiérrez Vivo en esta ciudad fue una decisión que no tomó en cuenta a los clientes. Los destinatarios de los anuncios no sabemos las razones de los empresarios para abrir o cerrar contratos: en eso consiste ser consumidores, somos llevados y traídos por aquí y por allá como si nada.
Lo que pasó con el noticiero de Aristegui es más significativo de lo que parece. En esta historia hay preguntas sin respuestas claras: ¿cómo llegamos a encontrar a Carmen Aristegui en la W? ¿Cómo la empezamos a ver en CNN televisión a las diez de la noche? Y en este programa, donde se anuncia la marca Cadillac, ¿será que todos los televidentes hayamos metido en nuestra cabeza la idea de comprar ese automóvil próximamente?
Junto a los compradores la W tuvo un público que no compraba lo que se anunciaba allí. Ese público compraba las noticias como las presentaba Aristegui. Algunos días que ella no estaba en el programa se le echaba de menos, ese día no era lo mismo. De paso, el trabajo de Aristegui servía para demostrar lo pésimo que son los noticieros nocturnos de Televisa y Televisión Azteca, tan malos, tan ocultadores de temas de primera importancia que uno prefiere no tratar de informarse con ellos porque es algo inútil.
Allí está el principal daño: el silencio que deja Aristegui.
Miles de gentes en todo el país pensábamos que habíamos dado un paso adelante en cuestión de medios de comunicación y, por tanto, en democracia. Nos despreocupamos de que hubiera otros noticieros a la misma hora que son algo horrendo. Y de pronto hay que volver a la realidad: el silencio. Vuelta a atender la voz de los ciudadanos, los amigos, las personas en las filas de los bancos, del supermercado. La voz de Aristegui permitía medir el contenido compartible que teníamos en el cerebro miles de personas. El silencio hace que la información fluya entre todos de maneras insospechadas.
Ignoro cómo llegué a sintonizar la W un día; sé que se hizo mi estación cotidiana. No ignoro por qué me acabo de despedir de la W por un tiempo que será prolongado, por lo menos de cinco años, o más si vuelve a haber fraude electoral.
El silencio de Aristegui es la medida de la democracia actual, falsa, por lo mismo, de México. Y en ese silencio viviremos como hace años, como cuando Díaz Ordaz gobernó. Ese silencio es indomable, desconocido, ajeno al gobierno federal (vox populi), por lo que desde el día 4 de enero de 2008 se puede decir que éste ha perdido legitimidad, en la misma medida que no es legítima la televisión de la pobreza que hay en México.
Ya seamos consumidores o ciudadanos, el silencio que la W le impuso a Aristegui sólo puede responderse con el silencio. La W, para mí, desapareció en el silencio de Aristegui.
Sólo me queda una imagen para explicarme: imagino que estamos platicando en un café y llega la policía del pensamiento y nos dice que nos callemos. Así se instaura el silencio.

Peniley Ramírez: calendario (340-338)



340

Sólo es el tiempo con sus alas perturbadas
en su soledad de tumultos
Es el tiempo y su humedad oculta
es el tiempo enrolándose en mi vientre

Sólo es el tiempo con sus manos quebradizas
solo el tiempo en su soledad
quien traga a zancadas el resto de mis letras.

339

Anteojos de la urgencia sobre un alacrán sin armas
hormigas desorbitadas en todas direcciones
casas degolladas con los techos abiertos
mujeres desnudas en las calles

Este y otros mundos mágicos imagino
para tu nacimiento Carolina
este y otros mundos sosos
que no venderían publicidad a nadie.

338

Pude ser lujuria y me conformé con la rosa
Mi maldad es ancla en la bahía del dolor
y si escribo mis manos aprenden nada

Deberíamos regresar a los parques
a la oscuridad de los ojos llorosos
a la penetración del absurdo por vía cervical
no aérea.

Genaro Aguirre: De Aristegui y otros recuerdos




…Cuando la vimos por primera vez, ya éramos bastante grandecitos para estar en la universidad, pues tras dos tropiezos en la secundaria y otro en el bachillerato, habíamos entrado a la Facultad de Ciencias y Técnicas de la Comunicación cumplidos los 20 años. Era a mediados de los 80 cuando IMEVISIÓN representaba un opción clara frente al monopolio que ejercía Televisa. Eran tiempos de búsqueda y aprendizajes disciplinarios, sobre ideologizados, si me apuran, lo cierto es que tras el noticiario de mediodía que conducción Pilar Álvarez Lazo, el canal del Ajusco transmitía un programa titulado –si mal no recuerdo- Monitor Financiero, entre cuyos conductores figuraba una chica blanquita y delgada: era Carmen Aristegui, a quien poco tiempo después tuve oportunidad de conocer en persona en una de las visitas que como estudiantes hiciéramos a la televisora del Estado Mexicano. “Yo a usted la conozco”, le dije tras tomarnos una fotografía con la Álvarez Lazo, “A ver quien soy” –me dijo sonriendo. “Eres Carmen Aristegui, de Monitor financiero”, contesté nervioso. “¡Ah, me conoce!” dijo sonriendo, antes de aceptar tomarse una foto con quien escribe. De entonces al final del año pasado, le seguí la pista, para regresar y darme por enterado que no estaba más en su programa de radio, que como religión seguíamos miles de mexicanos.
Y es que tras su paso por aquel programa televisivo, pronto conformaría junto a Javier Solórzano una de las parejas claves en el periodismo mexicano, con quien más tarde probaría fortuna en uno de los proyectos radiofónicos que quizá reinventó la forma de hacer periodismo radiofónico. Debemos decir, incomprensible su participación en esa experiencia, pues junto a sus nombres, apareció el de Pedro Ferriz de Con, que ya para finales del sexenio de Zedillo terminaba por confirmar el cobre del que estaba hecho, cuando convocó a un sondeo de opinión con el cual ni Carmen ni Javier, estuvieron de acuerdo por lo tendencioso del mismo (les mencionaría el tema, pero la verdad en este momento no lo recuerdo), que comenzó un conflicto con el hijo de quien dijera en algún momento que “Un mundo nos vigilaba”, y no precisamente el del Cisen. Lo que vendría sería la separación y una demanda de tan ingratos recuerdos para la Aristegui, pues si bien su credibilidad no fue empañada por aquel despreciable personaje que también se dijo engañado como millones mexicanos por el innombrable, lo cierto es que invirtió parte de su capital simbólico y económico, en un proyecto que le dio más dolores de cabeza que cualquiera de los temas periodísticos que ha tocado en su larga trayectoria profesional.
Es ya durante el gobierno del gobernante que no supo gobernar, y que por las malas lenguas se sabe que tampoco en su casa se ha mostrado competente, que junto a un puñado de periodistas, Carmen Aristegui y Javier Solórzano, integraron el ya famoso “Círculo rojo”, término con el que precisamente regresaron a la televisión abierta, para confirmar la independencia de una profesión (u oficio, dijeran mis profesores), pero particularmente un compromiso responsable y ético, frente a un poder público que siempre estuvo al acecho, hasta dar un certero zarpazo. Durante el tiempo que duró al aire, miles de mexicanos (quizá millones) confirmamos que otro país existía, ese negado por la retórica oficial y el acartonado discurso noticioso de cientos de periodistas que han preferido alinearse al poder. La confirmación de que los principios son antes que los finales, dio cabida a la voces disidentes, a los sin rostros y a todos aquellos temas que tradicionalmente no ocupaban parte de la agenda mediática diseñada desde las estructuras del poder político, económico, religioso tanto como por los intereses informativos de permisionarios televisivos y radiofónicos. Sin duda una época de esplendor para el periodismo electrónico, pues por la televisión de paga, los tristemente recordados Denisse Mearker y Ciro Gómez Leyva, hacían lo suyo en el Canal 40, así como desde hacía ya años también lo cumplían con entereza Ricardo Rocha en TV y radio posteriormente y Gutiérrez Vivó en Radio Red; precisamente éstos últimos, dos periodistas que también los hicieron morder el polvo al censurar y clausurar sus respectivos proyectos durante algún tiempo.
Hoy que Carmen ha salido del aire por lo que ya se muestra ha sido un acto de censura que involucra a la misma Prisa como responsable de la administración del proyecto periodístico radiofónico de la XEW, la perla en el cuadrante de Televisa y que –originalmente- encabezarán precisamente Aristegui, Solórzano y Carlos Loret de Mola (curiosamente todos fuera bajo condiciones sospechosas). Al parecer, terminaron por importar más los intereses político-económicos que mantiene con el gobierno de Felipillo Calderón que los periodísticos de una empresa que edita el llamado periódico global El País.
Así las cosas, en un mundo que decía hacia finales de diciembre pasado solía no cambiar mucho, en un país como México este acto confirma la regla, por muy duro y doloroso o impotente que sea: este México, aun con otras formas de narrarse las cosas, sigue siendo el mismo, donde se ha erigido un poder gubernamental que fue uno durante 70 año, pero que en 7, los que llegaron han alcanzado a demostrar que aprendieron con eficiencia lo peor de aquellas viejas formas de mandar y administrar la vida de política, económica y pública, pero con nuevas fórmulas. Hoy más que nunca, se extraña a la mujer que puso su imagen para encabezar una campaña contra la violencia de género; nunca como antes, se recuerdan aquellos momentos de cobertura noticiosa profesional para poner su nombre en eventos que tuvieron relación con la pederastia eclesial y del magisterio oaxaqueño; no más espacio electrónico al complejo universo indígena tanto como al dolor que clama atención tras siglos de sometimiento; quien sabe para cuando esa voz y presencia que supo distanciarse del acorralamiento informativo impuesto por Televisa hacia López Obrador hacia la etapa final en la pasada elección federal y últimamente en momentos cruciales como la discusión de la Ley Televisa, , así como ante el resolutivo de la Suprema Corte de Justicia en el caso Lidia Cacho, y ni qué decir de la forma en que pinto su raya frente al Clon malhecho del programa Primer Plano (en el que igualmente participara la Aristegui en el Canal 11) que hoy tiene Televisa con sus conductores estrellas, llamado Tercer Grado.
De nada valió el premio internacional que recibiera el año pasado por su trabajo durante la jornada electoral federal y que la colocara como una de las mejores periodistas del mundo. Precisamente un ejercicio periodístico que la diferenció de muchos de sus colegas, experiencia que como escucha y académico en muchas ocasiones la consideramos como ejemplo en nuestras aulas universitarias; profesional del periodismo que nos llevará a dedicarle un ensayo donde se analiza el papel precisamente jugado por los medios masivos de comunicación y sus informadores, incluidos las ultimas pulsaciones de aquel largo día que terminara siendo transferido hasta el momento en cuando los magistrados federales, declararon que Vicente Fox y la elite empresarial, habían incumplido la ley pero nomás tantito, pues si bien su ilegal participación había puesto en vilo la legalidad, no interfirieron en el resultado final. Por razones que prefiero no comentar ya que terminaría por balconear a segundos y terceros, el texto no ha aparecido publicado aún, pero esperamos algún día salga, aun sabiendo la temporalidad del análisis.
En virtud de todo lo aprendido como escucha y académico, desde aquí un grito que pudiera ser de impotencia si no supiera que como nosotros, hay miles y millones de mexicanos que admiramos a Carmen Aristegui, quienes deseamos volverla a escuchar o ver en algún medio de comunicación, para seguir creyendo que el periodismo puede ser comprometido, ético, responsable y cercano a esa cosa llamada objetividad. Como lo dijera en el trabajo ante referido, por seguir demostrando que el periodismo puede ser digno, “por su entereza y seguir creyendo (demostrando también) en el ideal del periodismo”.

Mary Carmen Gerardo: Sueños Mezclados




Para Américo Jiménez Gerardo
Las almas puras reconocen el paraíso
Primo, Adiós


Estaba haciendo demasiado calor y era octubre, en el puerto eso no era extraño, impaciente el tacón rojo empezaba a sonar en el asfalto, mi primo Américo acababa de llegar por mí, el taxi se estacionaba impaciente como yo, el tráfico insoportable obligaba a la plática familiar. Era la prima mayor, aquella que estaba acostumbrada a ignorar a todos los demás primos, estaba demasiado segura de mi lugar, 5 años de exclusividad me dieron todo, así que me resignaba a escuchar.
Ya te llore como nube/ te di mi corazón/ envuelto para regalo/ con toda pasión/ Me desperté con tu ausencia/ la cama esta fría / le falta tu calor …
_ Cuéntame prima ¿Por qué renunciar al amor? Viéndote sé que uno en el matrimonio debe sobrellevar, imaginar que alguien este con mi mujer, disfrute a mis hijos, no ni madres, no podría soportarlo.
_ Lo sé no es fácil, la única razón es que necesitaba reír
_ ¿reír?
_ Ja ja ja , así es, ya no podía disfrutar, necesitaba sujetarme el cabello con estos nortes y soltarlo frente al sol.
Si estas aquí vivir es fácil / el viento se mantiene dócil / no pide más razón / no me promete mas que el día de hoy / no sale el sol si no es contigo …
_ No te entiendo y menos entiendo esta sensación, ¿ no sientes cómo qué vuelas? Estoy volando, debe ser una pesadilla.
Las parejas se encuentran, difícilmente los demás entienden ese infierno o ese paraíso, al encontrarse los frutos aseguran la inmortalidad que los hijos de cristo siempre han perseguido, en ese beso inmortal hay tantas promesas, cuando la muerte y no la deslealtad los separa nos encontramos ante una traición. ¿Por qué me niegas la problemática de la cotidianeidad, aquella donde el psiquiatra me explica que deseas de mi?.
_¿Estas escribiendo ante la computadora? ¿Y dónde estoy? Veo demasiada oscuridad, ¿dónde están mis hijos? Todos lloran, ¡Carajo! No entiendo nada, además esta esa luz, no deseo entrar, ¿Qué pasa? Lo último que recuerdo es como vuelo, hacia los árboles, me estrello. No, no, no, es seguramente una pesadilla, ya te dije prima que te pongas el cinturón de seguridad, tienes dos hijas, claro yo soy buen conductor, pero es mejor, más seguro.
Te descubrí un día de abril/ que se quedo en mi corazón/ no fue casual /
estaba escrito así …
_ Seguía su conversación, pero me estaba dando cuenta que se estaba haciendo tarde, ¿por qué no avanza, como siempre?
_¿No sientes que no avanzamos? Veo a la misma gente, pero mira no te lo voy a negar, siempre creí en el amor, el verdadero, no el de los cuentos, sino aquel donde te aceptas como eres y lo mejor del amor es que la pasión ya está escrita, es como la magia, ¿me escuchas?
_ No realmente, ¿Tu me puedes explicar que hacemos en la casa de la abuela? ¿ No estábamos en Puente Moreno? ¿Porque sirven tanto café? No entiendo porque fui por ti a la escuela, ¿Hoy no es sábado? Se están desvelando y mañana es domingo, yo debo ir a comprar picadas con mis tres hijos, el bebé sólo observa pero sabe que están realmente buenas, las picadas.

No quiero andar por las ramas /tu cuerpo es mi sin razón/ estoy que me muero, hazme el amor …
La carroza acababa de llegar, el llanto se escuchaba como una canción, nadie lo entendía, deseo despertar, ¿quién es tan maduro como para entender la realidad? Salía del baño con la toalla alrededor de mi cuerpo, estaba molesta por la nota que había leído en el periódico, me imaginaba a sus hijos leyendo esa nota ya adultos, ¿Cómo decirles lo difícil que es en este mundo tan violento ser un hombre bueno? ¿Cómo explicar la sencillez en el abrazo de un padre? Todo mundo persigue tanto la fama, los honores, que nos olvidamos de lo real de un beso, la totalidad de una entrega, el amor y la consabida pregunta , encontrar a la persona a la que lanzas la freudiana pregunta ¿A dónde quieres que salte , más alto? Puedo hacerlo, por ti. ¿Dónde esta mi madre? ¿Dónde mi padre?
_ La madre guarda el dolor tras el coraje, ese coraje no puede coser estrellas, sólo puede entablar eslabones, ella el origen no puede encontrar respuesta; abraza fuerte los cuerpos de sus nietos, sabe que ella es la memoria preservando la esencia de su padre. La mujer que lo ama, su esposa, no puede brindar respuestas de su esencia, sólo ella la recuerda.
Mi hija siempre ha preferido las amistades masculinas, y solo es una niña, su primo la busca pero aún no se han abrazado para decirse, ¿quién podría entenderlo?, por él, la niña se ha dado cuenta de la fortuna de tener un padre que le arme los juguetes el día de reyes. Su primo apaga las velas de un pastel donde el espíritu de su padre es inmortal, seguramente él es mas afortunado, ninguno de los tres infantes están seguros.
_¡Contesta! ¡Contesten todos! ¿Estoy aquí? ¿Por qué sigo volando?
_ Por que ya no estas. Pero, el ser, ¿quién sabe lo que es la nada? a lo mejor esta vida es solo una fantasía , tu vuelo una verdad.
Padre nuestro vigila nuestros miedos, preserva la vida de sus hijos, ayuda a encontrar la felicidad en la verdad de una aceptación tan incoherente.
Existe una flor antes que ninguna, la de mi tío que temblorosa, la flor, deposita en el vuelo la lágrima del silencio.
La noche en mi ventana, te quiere ver junto a mi/ Las ganas bien afiladas, soy de ti /no puedo ni dormir.
Un bebé impaciente espera para llorar, no tiene un tío hermano que abrazar, pero si primos y muchas canciones por delante que entonar.
Te di mi corazón envuelto para regalo/ con todo y pasión/ me desperté con tu ausencia …


Canciones de la película “Cilantro y Perejil ” cantadas por Kiko Rodríguez y Betsy Pecanins



martes, enero 08, 2008

Alvaro Delgado: Carmen Aristegui: Fue felipe Calderón

Voz que clama en el desierto, la de Carmen Aistégui ha sido una que, al igual que la del Bautista, jamás se ha dejado amedrentar por los poderes mediáticos ni por los asentados en la silla presidencial. Sin conciliar ideas con los modernos Herodes mexicanos, Carmen ha mantenido el equilibrio enmedio de la advertencia y la amenaza de bajar la voz, tanto en sus comentarios como los de aquellos a quienes ella ha abierto los micrófonos para disentir de lo que "oficialmente" se pregona a través del control mediático que nos envuelve. Es a través de ella que hemos conocido la oscura ruta por la que El Yunque conduce nuestro paìs. Hacer esto, le ha costado la cabeza, para comenzar, en su noticiario matutino de la XEW.
Mucho más enterado que nosotros, dejamos que Álvaro Delgado desmenuce para nosotros los mecanismos que esta santa alianza, con Felipe Calderón el espurio a la cabeza, ha utilizado hoy, pero no para siempre, para dejar fuera a una de las voces más claras de nuestro México. (I.G.)

México, D.F., 7 de enero (apro).-

Salvo que Televisa y Prisa hayan depuesto su principio fundamental de generar ganancias y estén en vías de convertirse en emporios benefactores, al menos en México, el despido de Carmen Aristegui sólo puede entenderse como una maniobra política pactada con el único que puede compensar las pérdidas --económicas, no de credibilidad-- de tamaña decisión: el gobierno de Felipe Calderón.


Porque el solo sentido común indica que nadie, menos una empresa que tiene el lucro como fin --Televisa y Prisa inobjetablemente lo tienen--, se da el lujo de tomar decisiones a sabiendas de que le generarán pérdidas, traducidas en baja en el rating y menores tarifas en el cobro a los anunciantes, salvo que exista la certeza de que habrá utilidades extraordinarias en otros ámbitos, no sólo en materia de medios.


Y ya se sabe: el grupo español Prisa --que emplea a Juan Ignacio Zavala Gómez del Campo, cuñado y confidente de Calderón-- tiene extendidos intereses en México que van más allá del ámbito editorial, que de suyo le reporta fabulosas ganancias a través de Editorial Santillana, el principal proveedor de libros de texto para la educación pública de México. Y no hay que hacerse tontos: Aristegui no fue echada de W Radio porque el Grupo Prisa la haya abandonado después de ceder a las “presiones” de Televisa, que la abominaba después de que no se alineó en la ofensiva de repudio a la reforma electoral, ni se trata de una decisión que obedezca a la “concentración mediática” y aun a la influencia de personajes exhibidos en una frecuencia de alcance nacional, como los gobernadores priistas Mario Marín y Ulises Ruiz, el cardenal Norberto Rivera o el empresario pederasta Jean Succar Kuri.


Siendo pertinentes las tres interpretaciones, porque existen hechos de sobra que las acreditan, los que las sostienen pasan por alto un elemento fundamental: Aristegui era aborrecida por Felipe Calderón, particularmente después de las elecciones del 2 de julio de 2006, y era un estorbo para el objetivo de uniformar el cuadrante radiofónico, cuyas voces son las mismas que se escuchan en televisión y en un vasto sector de la prensa escrita.


Son las voces y las plumas del oficialismo de siempre --los de la era priista trasmutados a la panista-- y los del nuevo oficialismo, los que han dado forma a un comportamiento de criticar, a coro, a quienes consideran enemigos de México y de sus “instituciones”, con el único fin de obtener ganancias desde el poder.


Es decir: pegan para que les paguen.


Aristegui, como escasos medios y periodistas, no entraba en ese esquema impuesto por la derecha que encabeza Calderón y sus patrocinadores. Y así se lo hizo sentir ese personaje (que quienes lo conocen saben de su talante vengativo) con el circuito de entrevistas que hizo con motivo de su primer año de gestión gubernamental, en diciembre, el mes del golpe.


El objetivo de acallar desde Los Pinos a Aristegui no era sólo por difundir la información que la planta de reporteros de W Radio enviaba a la redacción central, controlada por personeros de Zavala Gómez del Campo, y que con ella podían trascender el tufo oficialista que exigía por ejemplo el locutor Ezra Shabot (que, dicho sea de paso, no dejó la conducción del vespertino por razones editoriales, sino por la promesa que recibió del PAN para ser consejero electoral y ahí está, al acecho), sino evitar que por su iniciativa siguiera recogiendo información de interés público de medios escritos, como el semanario Proceso, que concita la furia de Calderón.


Con el país hecho un caos, exhibida la demagogia de su campaña, que sembró de odio el país, Calderón busca evitar que en los medios audiovisuales se difunda información que escurra la gruesa capa de maquillaje y, además de los 3 mil 700 millones de pesos que dispone para publicidad gubernamental, ha resuelto cerrar cualquier resquicio de información a los mexicanos en los medios audiovisuales.


Calderón ya fracasó y, en su desesperación, se atrinchera en Los Pinos: Nada debe saberse de él, ha dictaminado, y tiene con qué pagar.


Por eso, la salida de Aristegui de la conducción del noticiario matutino de W Radio no se entiende sin la participación directa de Calderón, quien ofreció mejores negocios a quienes a eso se dedican, los empresarios españoles del Grupo Prisa, cuyo representante en México, Antonio Navalón, fue uno de los primeros personajes que se entrevistaron con él después del 2 de julio de 2006.





Y los que leemos El País no tenemos duda, ni entonces ni ahora, de qué intereses se estaban defendiendo: Ese periódico, que en España se hace pasar como cercano a la izquierda, tuvo una cobertura posterior al 2 de julio de 2006 absolutamente deleznable que, como dice Lorenzo Meyer, fue casi como La Crónica de hoy, el periódico insignia de Carlos Salinas. La colusión de Prisa con Calderón se tradujo, además, en un hecho hasta grotesco: la contratación de Juan Ignacio Zavala, una de cuyas glorias profesionales, además de hacer chistes justamente en el programa de Carmen Aristegui, fue armar en los medios la trama de El Encanto.En esa finca de las Lomas de Chapultepec, según el cuñado de Calderón basado en la bruja Francisca Zetina “La Paca”, estaba la osamenta del diputado priista Manuel Muñoz Rocha, mediante el cual Raúl Salinas asesinó a su cuñado José Francisco Ruiz Massieu.Pero todo fue un montaje del también panista Antonio Lozano Gracia, el procurador General de la República con Ernesto Zedillo, de quien Zavala Gómez del Campo era el jefe de prensa y encargado de las filtraciones.De manera que Zavala, hermano de la mujer de Calderón, podrá decir que nada tiene que ver con el despido de Aristegui –porque estaba en Argentina ejerciendo sus talentos--, pero tiene tanta credibilidad como “La Paca”, y lo que está claro es que, pronto, habrá de verse el pago de Calderón a Prisa. En contratos, claro.ApuntesEl panista Javier Corral lo sabe: la “cobardía” del Grupo Prisa, como la llama, no es sólo de Televisa, sino de Calderón y Zavala, sus correligionarios y amigos. ¿O será que Zavala presentará su renuncia a Prisa, inconforme con la arbitrariedad contra Aristegui? ¿Y Calderón la invitará para que ejerza su trabajo informativo en una de las estaciones del Instituto Mexicano de la Radio (IMER), que se supone son de Estado? ¿O nada hará Calderón para que sea contratada?delgado@proceso.com.mx

Ignacio García: Del Soy la Morsa a Finnegans Wake



El anuncio de alguien que convierte viejos acetatos de 33 rpm a CD’s, me hace sacar un buen número de los primeros para elegir y ver la posibilidad de recuperar la nostalgia a la que obliga el pasado. Entre estos antiguos discos, se hallan 6 ó 7 de The Beatles, y, dos de ellos, Sargent Pepper’s Lonely Hearts Club Band y Magical Mistery Tour, me conducen (por la letra impresa dentro de sus fundas) al recuerdo de ese gusto e influencia que John Lennon tuvo de las lecturas de ese gigante de las letras llamado James Joyce.


Las pocas veces que se le preguntó a Lennon sobre sus lecturas favoritas, jamás hizo a un lado su preferencia por el autor del Ulises. Si se le interrogaba acerca de si en sus letras existía la huella del irlandés, al parecer lo ocultaba, no tanto por el rubor que él sintiera sino, más bien, porque sus letras eran firmadas al alimón con McCartney. No obstante en I Am the Walrus (en español: Soy la Morsa) [1] John deja ver todo un arsenal joyceano, al parecer, y bajo comentarios de sus críticos, no tanto tomados del Ulises sino de un trabajo inconcluso de Joyce que el ex - Beatle llegó a conocer de refilón; se trata de Finnegans Wake.

No faltan quienes comentan que la pieza en cuestión fue escrita bajo el influjo de un viaje de ácido, y que las altas y bajas de la canción fueron inspiradas por la sirena de una patrulla que Lennon escuchó mientras la componía. Otros agregan que las voces al final de la canción son de un progama de la BBC de Londres dedicado a Shakespeare y llamado King Lear.Fuera de ello, la letra de la canción parece tener toda esa mezcla del inglés (tan noble para componer palabras) que Joyce utiliza en su Wake con un sinnúmero de connotaciones. He aqu{i algunos ejemplos vertidos en Walrus: ''eggman", parece ser una experiencia sexual donde un huevo juega la mayor parte del significado. Las palabras "goo goo ga joob" son definitivamente tomadas, con toda su literalidad, del libro de Joyce. La idea de la morsa ( walrus) viene del poema, si no de Joyce, si de Lewis Carroll en su cuento The walrus and the carpenter en Alice in wonderland. Punto aparte merece el lenguaje censurado (al igual que en el Ulises) usado por Lennon en la canción, como las letras que rezan: " pornographic priestess" y ''let your knickers down", o "I'm sitting on a cornflake", o sea un Kellogs, cuando en la Gran Bretaña existe un buen número de lords con ese apellido.


La otra gran influencia que revela Lennon, en ésta y otras de sus canciones, es la del sello hermético, cuando no (como lo hace Joyce) confuso e incomprensible, a la vez que súper improvisado. Se dice que, en un instante en que se atoró en la composición de Walrus, llamó a un amigo por teléfono a un hospital para que le silbara una tonada que acostumbraba; aquél lo hizo y Lennon la incluyó en su canción.

En fin, que cuando uno escucha Yellow custard, green slop pie, all mixed together with a dead dog's eye. Slap it on a butty, ten foot thick, then wash it all down with a cup of cold sick, uno no puede dejar de pensar en esa obra monumental pretendida por Joyce en la que el lenguaje toma un rumbo con orientación cuasi-universal, si bien, casi ilegible en español. Para gozar a plenitud de este libro, lo mejor es poder leer el Finnegans Wake en el original, pero como es una tarea harto compleja (aún para quienes hablan el inglés nativo, o el mismo dublinés), uno tiende a desmoralizarse, y a abandonarlo a las pocas páginas. [2]


Esto es así, porque la forma de escritura del Wakes no es precisamente inglés (y si lo es resulta ser totalmente joyceano); se trata de una suerte de lenguaje de los sueños, donde muchos símbolos son polisémicos. Algunos párrafos admiten, como un cuadro de Modigliani, más de una interpretación, y es posible que cualquiera de ellas sean válidas. Alguien dijo que Finnegans Wake no es un libro para leer de corrido, sino para abrir en cualquier parte y sólo sumergirse en él, como uno se sumergiría en un koan o pintura zen. Aquellos que buscan la trama que se esconde tras la fuerte distorsión formal de la obra se pierden lo esencial del libro: su pluralidad, su ambigüedad, su lúdica riqueza, y la exploración de los límites de la literatura, tan lejos como nadie ha llegado; excepto el genio de Joyce, a veces retomado por algún músico como Lennon: sólo para que nostalgia y amor por el pasado, nos sean devueltos en palabras. [3]

[1] Título de una canción escrita a mediados de 1967 por el mismo Lennon, (sin bien editada a nombre de Lennon/McCartney), y publicada como un single junto con Hello Goodbye por The Beatles el 24 de noviembre de ese mismo año, y el 27 de noviembre en el álbum Magical Mystery Tour
[2] Para los interesados en esta aventura, este servidor posee una copia en PDF del Wakes. Sólo envíeme un correo
igh777@hotmail.com y le hago llegar el material en inglés.
[3] Leandro Fanzone ha realizado un trabajo monumental para tratar de hacer llegar al público de habla hispana su versión del Wake. Para los interesados en este esfuerzo, ponemos a su disposición algunos párrafos, traducción y comentario de éstos en Traducción de fragmentos de Finnegans Wake, de James
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