Introducción
En su libro titulado El arte de Amar, Erich Fromm resume de forma magistral el concepto de amor, dice: "El amor infantil sigue el principio: "Amo porque me aman". El amor maduro obedece al principio: "Me aman porque amo". El amor inmaduro dice: "Te amo porque te necesito". El amor maduro dice: "Te necesito porque te amo".
En un mundo donde la palabra “amor” casi se desintegra, y surgen términos como “Estado del Arte”, uno se pregunta de nuevo, junto con Fromm, si el gran psicoanalista tenía razón al poner sobre el tapete, si no es que lo que se ha dado por llamar "amor" requiere no sólo de una vaga definición, sino que, para alcanzar a serlo debe ser considerado como un Arte. Pero no un arte que sea, como hoy se concibe el State of the art, y que traducido al español vendría a ser algo así como “tecnología de punta”, sino un arte mucho más refinado y difícil de alcanzar que el mismo avance tecnológico y científico, ahogador no pocas veces, de ese sentimiento analizado por Frommm, y que él traduce como la única forma en que puede captarse el mundo: es decir, no en el pensamiento, sino en el acto, en la experiencia de unidad. En resumen:
1. El amor no es el resultado de la satisfacción sexual adecuada; por el contrario, la felicidad sexual –y aún el conocimiento de la llamada técnica sexual es el resultado del amor. Si aparte de la observación diaria fueran necesarias más pruebas en apoyo de esa tesis, podrían encontrarse en el vasto material de los datos sicoanalíticos. El estudio de los problemas sexuales más frecuentes –frigidez en las mujeres y las formas más o menos serias de impotencia síquica en los hombres-, demuestra que la causa no radica en una falta de conocimiento de la técnica adecuada, sino en las inhibiciones que impiden amar. El temor o el odio al otro sexo están en la raíz de las dificultades que impiden a una persona entregarse por completo, actuar espontáneamente, confiar en el compañero sexual, en lo inmediato y directo de la unión sexual. Si una persona sexualmente inhibida puede dejar de temer u odiar, y tornarse entonces capaz de amar, sus problemas sexuales están resueltos. Si no, ningún conocimiento sobre técnicas sexuales le servirá de ayuda.
En un mundo donde la palabra “amor” casi se desintegra, y surgen términos como “Estado del Arte”, uno se pregunta de nuevo, junto con Fromm, si el gran psicoanalista tenía razón al poner sobre el tapete, si no es que lo que se ha dado por llamar "amor" requiere no sólo de una vaga definición, sino que, para alcanzar a serlo debe ser considerado como un Arte. Pero no un arte que sea, como hoy se concibe el State of the art, y que traducido al español vendría a ser algo así como “tecnología de punta”, sino un arte mucho más refinado y difícil de alcanzar que el mismo avance tecnológico y científico, ahogador no pocas veces, de ese sentimiento analizado por Frommm, y que él traduce como la única forma en que puede captarse el mundo: es decir, no en el pensamiento, sino en el acto, en la experiencia de unidad. En resumen:
1. El amor no es el resultado de la satisfacción sexual adecuada; por el contrario, la felicidad sexual –y aún el conocimiento de la llamada técnica sexual es el resultado del amor. Si aparte de la observación diaria fueran necesarias más pruebas en apoyo de esa tesis, podrían encontrarse en el vasto material de los datos sicoanalíticos. El estudio de los problemas sexuales más frecuentes –frigidez en las mujeres y las formas más o menos serias de impotencia síquica en los hombres-, demuestra que la causa no radica en una falta de conocimiento de la técnica adecuada, sino en las inhibiciones que impiden amar. El temor o el odio al otro sexo están en la raíz de las dificultades que impiden a una persona entregarse por completo, actuar espontáneamente, confiar en el compañero sexual, en lo inmediato y directo de la unión sexual. Si una persona sexualmente inhibida puede dejar de temer u odiar, y tornarse entonces capaz de amar, sus problemas sexuales están resueltos. Si no, ningún conocimiento sobre técnicas sexuales le servirá de ayuda.
2. La definición del amor según Sullivan: el amor comienza cuando una persona siente que las necesidades de otra persona son tan importantes como las propias.
3.Los hijos también sirven finalidades proyectivas cuando surge el problema de disolver un matrimonio desgraciado. El argumento común de los padres en tal situación es que no pueden separarse para no privar a los hijos de las ventajas de un hogar unido. Cualquier estudio detallado demostraría, empero, que la atmósfera de tensión e infelicidad dentro de la "familia unida" es más nociva para los niños que una ruptura franca, que les enseña, por lo menos, que el hombre es capaz de poner fin a una situación intolerable por medio de una decisión valiente.
4. Otro error muy frecuente: la ilusión de que el amor significa necesariamente ausencia de conflicto. Así como la gente cree que el dolor y la tristeza deben evitarse en todas las circunstancias, supone también que el amor significa la ausencia de todo conflicto. Los conflictos reales entre dos personas, los que no sirven para ocultar o proyectar, sino que se experimentan en un nivel profundo de la realidad interior a la que pertenecen, no son destructivos. Contribuyen a aclarar, producen una catarsis de la que ambas personas emergen con más conocimiento y mayor fuerza.
5. El amor sólo es posible cuando dos personas se comunican entre sí desde el centro de sus existencias, por lo tanto, cuando cada una de ellas se experimenta a sí misma desde el centro de su existencia. Sólo en esa "experiencia central" está la realidad humana, sólo allí hay vida, sólo allí está la base del amor. Experimentado en esa forma, el amor es un desafío constante; no un lugar de reposo, sino un moverse, crecer, trabajar juntos; que haya armonía o conflicto, alegría o tristeza, es secundario con respecto al hecho fundamental de que dos seres se experimentan desde la esencia de su existencia, de que son el uno con el otro al ser uno consigo mismo y no al huir de si mismos. Sólo hay una prueba de la presencia del amor: la hondura de la relación y la vitalidad y la fuerza de cada una de las personas implicadas; es por tales frutos por los que se reconoce el amor.
6. Tener fe" en otra persona significa estar seguro de la confianza e inmutabilidad de sus actitudes fundamentales, de la esencia de su personalidad, de su amor. A menos que tengamos fe en la persistencia de nuestro yo, nuestro sentimiento de identidad se verá amenazado y nos haremos dependientes de otra gente, cuya aprobación se convierte entonces en la base de nuestro sentimiento de identidad.
7. Educación significa ayudar al niño a realizar sus potencialidades. La raíz de la palabra educación es e-ducere, literalmente, conducir desde, o extraer algo que existía potencialmente.
8. Mientras tememos conscientemente no ser amados, el temor real, aunque habitualmente inconsciente, es el de amar. Amar significa comprometerse sin garantías, entregarse totalmente con la esperanza de producir amor en la persona amada. El amor es un acto de fe y quien tenga poca fe también tiene poco amor.
Pero, amable lector, si está usted interesado en la lectura completa del libro y no sólo en esta simple síntesis, sólo tiene que oprimir aquí en EL ARTE DE AMAR para obtener el texto completo de Erich Fromm.
(I.G.)
Pero, amable lector, si está usted interesado en la lectura completa del libro y no sólo en esta simple síntesis, sólo tiene que oprimir aquí en EL ARTE DE AMAR para obtener el texto completo de Erich Fromm.
(I.G.)
No hay comentarios.:
Publicar un comentario