TUS OJOS
A mi hija Melisa.
Tus ojos son almas errantes
que afanosamente aman.
Son constelación de alboradas…
luz de sol matinal penetrando ventanas.
Tus ojos son aves henchidas de libertad
que habitan archipiélagos inexistentes.
Son rapsodas que, emotivos,
recitan poemas de amores inmarcesibles.
Tus ojos son medicina alternativa de males
cuasi-chamanes arrogantes.
Son presagios amorosos que tañen añoranzas
pulsaciones infinitas de quijadas, jaranas, arpas.
Tus ojos son olas de proceloso mar…
océanos inmensos.
Son patrias enteras
imperios ancestrales.
Tus ojos son colosales espejos de misteriosa
obsidiana en la América contemporánea.
OLIVO DE OCTUBRE.
Y mi afecto sucumbió a ti
la armonía apabulló los sentidos
sometiste, corazón, cuitas afligidas
y no cien
mil años he evocado -en mis penas-
tu ojos desconocidos a los míos.
Y hoy que te escucho Olivia, amiga mía,
celebro la vida,
te regalo la luna de octubre… la más hermosa
te doy el corazón cautivo
y elevo una plegaria por ti.
Tus ojos son almas errantes
que afanosamente aman.
Son constelación de alboradas…
luz de sol matinal penetrando ventanas.
Tus ojos son aves henchidas de libertad
que habitan archipiélagos inexistentes.
Son rapsodas que, emotivos,
recitan poemas de amores inmarcesibles.
Tus ojos son medicina alternativa de males
cuasi-chamanes arrogantes.
Son presagios amorosos que tañen añoranzas
pulsaciones infinitas de quijadas, jaranas, arpas.
Tus ojos son olas de proceloso mar…
océanos inmensos.
Son patrias enteras
imperios ancestrales.
Tus ojos son colosales espejos de misteriosa
obsidiana en la América contemporánea.
OLIVO DE OCTUBRE.
Y mi afecto sucumbió a ti
la armonía apabulló los sentidos
sometiste, corazón, cuitas afligidas
y no cien
mil años he evocado -en mis penas-
tu ojos desconocidos a los míos.
Y hoy que te escucho Olivia, amiga mía,
celebro la vida,
te regalo la luna de octubre… la más hermosa
te doy el corazón cautivo
y elevo una plegaria por ti.
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