Los siguientes poemas, han sido tomados del libro que Héctor presentó en el pasado IV ENCUENTRO HISPANOAMERICANO DE POESÍA en Villahermosa, Tabasco. El texto de la presentación fue hecho por el poeta chiapaneco Ricardo Rico.
BITÁCORA DE SAL TATUADA 1999
DIA 1
Rastros
hemos perdido el reino
con el primer golpe de tormenta
pero siempre nos quedarán
granos de arena
en los bolsillos
DIA 2
Bitácora de sal:
escribo con tinta china
sobre las pequeñas hojas de sal
encuadernadas con restos
de un naufragio intermitente
como una ola
en perpetuo vaivén
de rescate pertinaz
cada palabra
es el lengüetazo de azufre
cauterizando heridas
DIA 3
No intentes
salvarte del naufragio
anclando tu cuerpo curtido
por el sol y la nostalgia
en una mujer que duerme
sobre algas y corales
nada podrá evitar
que te destrocen
las tormentas
DIA 4
Tu corazón
es una isla desierta
rodeada de gente
de gente
que no supiste amar
DIA 5
Con cada norte
azotando implacable
las piedras
del viejo malecón
la obstinada vida
me repite
su estribillo monocorde:
“nunca llegarás
a puerto seguro
no prestes atención
a cantos de sirenas
no sigas más
la brújula sin rumbo
de tu corazón,
están ciegos los faros de la noche,
nunca encontrarás
atracadero
ni melodía
ni derrotero
ni luz
Héctor de Paz, Ahogada Lumbre la sangre, Biblioteca Popular de Chiapas, CONACULTA, 2006
DIA 1
Rastros
hemos perdido el reino
con el primer golpe de tormenta
pero siempre nos quedarán
granos de arena
en los bolsillos
DIA 2
Bitácora de sal:
escribo con tinta china
sobre las pequeñas hojas de sal
encuadernadas con restos
de un naufragio intermitente
como una ola
en perpetuo vaivén
de rescate pertinaz
cada palabra
es el lengüetazo de azufre
cauterizando heridas
DIA 3
No intentes
salvarte del naufragio
anclando tu cuerpo curtido
por el sol y la nostalgia
en una mujer que duerme
sobre algas y corales
nada podrá evitar
que te destrocen
las tormentas
DIA 4
Tu corazón
es una isla desierta
rodeada de gente
de gente
que no supiste amar
DIA 5
Con cada norte
azotando implacable
las piedras
del viejo malecón
la obstinada vida
me repite
su estribillo monocorde:
“nunca llegarás
a puerto seguro
no prestes atención
a cantos de sirenas
no sigas más
la brújula sin rumbo
de tu corazón,
están ciegos los faros de la noche,
nunca encontrarás
atracadero
ni melodía
ni derrotero
ni luz
Héctor de Paz, Ahogada Lumbre la sangre, Biblioteca Popular de Chiapas, CONACULTA, 2006
1 comentario:
Héctor:
Un saludo afectuoso. Me da gusto leerte. Espero se concrete un pronto reencuentro.
Recibe un abrazo
José Luis Cerdán
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