VAIVÉN
Una puerta se sostiene
en el rojo péndulo que oscila
patio central y mudo
hogar de los fantasmas
saludo a Diana
indiferente el barro
el Aire
nos rodean sin destino
las salamanquesas pasean taciturnas
así ocultan su suerte de madera
juego a las canicas
a los dados transcurre
el velo añil
de planetas siempre fugitivos
hay risas
taquicardias
líneas que se enredan jubilosas
todo acrece
vibra el yunque
amordazado
vanamente
en su pereza
ÁMBAR
He viajado en la nave de los locos
ahí la gente
papeles
intermitencias
tambores de guerra
y de lujuria
"la vida es una fiebre"
dijo Thomas
olor a cuerpos
y a metales
nubes aturdidas
el destello abrumador de los falsos códigos humanos
hay un cuarto de la Muerteen
ciertos ríos naves
de madera a la deriva
fosforescen trilunarias
mares de sombra los caracoles
vuelan decapitados
una sirena se desliza
su índice de fuego
convoca a las anémonas
a los abetos
rojas cochinillas
resina de copal
grasa de cordero
hijos somos de las piedras hojas mudas del achiote
del carbón
y la ceniza
andaremos para siempre bajo tierra
para siempre
ocultos
y avergonzados
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