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miércoles, abril 23, 2008

Susana Bland de Schiavov: Una carta de amor



UNA CARTA DE AMOR, PARA EL AMOR DE MI VIDA

Querido gordo:

Quiero utilizar este medio de comunicación casi extinto en la actualidad (*), porque siento una necesidad enorme de decirte sentimientos que han sido parte muy importante de mi vida desde que te conocí.
No cabe duda que es muy cierto ese dicho que reza: matrimonio y mortaja, del cielo baja. Con esto quiero decirte que en el momento que llegaste a mi vida, yo no te esperaba. Recuerdo que acababa de regresar de un viaje que originalmente iba a ser de dos meses y se alargo a diez; regresé a casa de mis padres con la idea de seguir conociendo y aprendiendo otros idiomas y culturas. Sin embargo, te conocí, y esos sueños y anhelos de entonces pasaron a segundo plano, hasta que llegó el momento que dejaron de interesarme porque era más importante estar contigo que en cualquier otro lugar.

Creo que me enamoré de ti casi al verte, y, aun cuando no estaba segura de mis sentimientos, te hice esperar un poco para unir nuestras vidas; y no porque no lo deseara, sino que sabía en ese entonces que lo más prudente era esperar. Aunque, se puede decir, no esperamos casi nada pues nos casamos al año de novios.

Es cierto que nuestro enamoramiento duró un poco más de lo que se dice normalmente que debe durar. Fuimos tan felices en esa época, viviendo en aquel palacio de ciento diez metros cuadrados, lo cual jamás voy a olvidar. Después seguimos siendo muy felices en el siguiente hogar que tuvimos; ya habíamos trascendido en nuestros dos hijos, y, aquella casa que fue construida con esfuerzo, a nuestro gusto, de acuerdo a nuestras necesidades, pero sobre todo con mucho amor, sirvió para ver crecer a los niños, y, así, junto con ellos, nuestro amor.

Qué cursi suena todo esto. pero aun cuando ese sonido llegue a otros oídos, y quizá para algunos sea un sentimiento ridículo, para mí –y sin temor a equivocarme—es algo muy cierto que ocurrió y sigue sucediendo en mi vida; y de lo cual, me siento orgullosa y bendecida. Te quiero. Simple y sencillamente ¡TE QUIERO! Probablemente ya no con la misma pasión de los primeros años, pero te amo más, mucho más.

Hemos pasado momentos de mucha felicidad, si bien, hubo algunos que no lo fueron tanto: hubo gritos, pleitos, llanto, rencor, y tantos sentimientos encontrados. Pero eso es algo por lo que se tiene que pasar en la vida de cualquier pareja, pues somos solamente humanos. Ahora, nos está tocando vivir una prueba quizá un poquito más difícil que otras. Y digo, nos está tocando, porque no nada más me sucedió a mí. Esta enfermedad que llegó a mi vida y que afortunadamente hasta ahora está vencida ---y la cual, rtengo la certeza, estará así para siempre—también los ha afectado a ustedes: me refiero ati, a los niños; que, por cierto, ya no lo son, ahora son unos jovencitos que volaron en busca de su propia vida con las alas que les fuimos acomodando a través de los años. Hay ocasiones en que quisiera regresar el tiempo y verlos nuevamente como esos niños de entonces. También a mi familia le afecto; en fin, a todos nos cambió la vida, pero como todo cambió, hay que esperar y pedirle a Dios que sea para bien de todos.

Es cierto, los niños se fueron en busca de conocimiento, mi familia y la tuya están donde deben estar, en sus hogares, al lado de sus seres queridos. Ahora, y aunque en una nueva casa y diferente, y lejos del lugar que nos vio nacer, sólo estamos tú y yo; así como empezamos hace veinticuatro años. Es cierto que ya no somos los mismos de entonces: creo que ahora somos mucho mejores, y, tú mi amor, me lo has demostrado. Gracias por estar conmigo, gracias por no dejarme en estos momentos difíciles, gracias por tu apoyo, gracias por ser tú; y, créeme, la vida siempre recompensa los sentimientos y los actos buenos que tengamos hacia los demás. Tú puedes decir, con toda seguridad, que has sido recompensado con un sentimiento maravilloso, “PORQUE MUY POCOS HOMBRES HAN SIDO Y SON AMADOS POR UNA MUJER, COMO YO TE AMO A TI”

Gracias por estar conmigo, pero, sobre todo, gracias a Dios por haberlo permitido.
Que Dios te bendiga.
.............................................................Susy


(*) La carta fue escrita a máquina

1 comentario:

Unknown dijo...

Susana, me encantó tu carta. Y me encanta que estés feliz (yo también lo estoy). Quien te escribe es tu compañero de ELS de Denver, en el año 1982, Pedro Flores. Ya mi hijo Pedro Esteban se casó, tiene dos hijos y también está feliz, como nosotros.. Recibe un beso, Pedro