A Gombrowicz le gustaba representar el papel de viejo verde reblandecido persiguiendo a las muchachas como un fauno detrás de las campesinas en el bosque. Unas pocas semanas antes de partir para Berlín nos escribe desde Piriápolis una carta preocupante.
"Nada de ascensores, ahora viejo, hay una Lolita de nueve años que me tiene loco, ni te puedes imaginar, ando así que casi estallo, hay que ver cómo me persigue, se enamoró locamente, ya te voy a contar. Fuera de eso no sé si me aburro o no"
En el año 1955 Vladimir Nabokov había actualizado la atracción malsana que ejercen las nínfulas sobre los hombres maduros con su "Lolita". Gombrowicz no tenía una buena opinión sobre la persona de Vladimir a quien consideraba un don nadie pero sí la tenía sobre su primo hermano Nicolás.
"Ayer estaba cenando con el príncipe Nabokov, primo hermano de LOLITA –ocurre que es una excelente familia , lo que yo no sabía. El príncipe vive en un imponente palacio, es consejero cultural de Berlín y es él quien me invitó junto con Jelenski (los dos muy amigos). Admirador. Músico bastante conocido, con varias obras estrenadas, persona muy iniciada en París, amigo de Camus, de Maritain etc. Estaba pasmado con mis conocimientos de música"
En la época que apareció la "Lolita" de Vladimir Gombrowicz dejaba rastros en los diarios de que las nínfulas lo habían afectado.
"Marisa, quince años, distinguida y romántica (...) se sumerge continuamente en las luminosas brumas de la belleza, el amor y el arte (...) Andrea, doce años, una chiquilla avispada, brillante y perspicaz, me gusta reír con ella, se ha especializado en robarme la pipa.
Lena, catorce años. Con ella he iniciado un ligero flirteo que consiste en intercambiar miradas (...) Rubias. ¡Qué bellas son! (...) y miento, miento, porque es lo que me exige su imaginación, estoy impregnado de mentira hasta la médula. Les cuento mis batallas en la última guerra"
Hay dos lolitas de Gombrowicz que se hicieron famosas, la lolita Crisamor de Tandil, y la lolita Lola Luca de Salto. Gombrowicz le pedía a Flor de Quilombo que le mostrara las cartas de las novias para hacer estudios psicológicos sobre el estilo y la forma, se detenía especialmente en las de Crisamor: –Pero, ¿no te das cuenta que son cartas de amor?, está mortalmente enamorada de vos. Es muy joven. Sé responsable. Presta atención, puede suicidarse.
La madre de Crisamor lo veía a Quilombo con desconfianza pero su hija no le obedecía. Un día Gombrowicz se decide y le escribe una carta a Crisamor: –Crisamor de mi corazón... La madre descubrió la carta, se lo cuenta a un hermano y el tío de Crisamor le dice al padre de Mariano: –¿Quién es ese hombre tan raro que trastorna la cabeza de tu hijo y molesta a mi sobrina? Se estaba haciendo la fama de un corruptor de la juventud. Para colmo, un polaco de Tandil había leído "Transatlántico": –¿No sabés con qué degenerado anda tu hijo?
Crisamor parecía salida de "Ferdydurke", le escribía a Gombrowicz cartas alocadas y magníficas. Su humor de prima donna, con gorjeos auténticos, pescaba al vuelo el tono de las idas y vueltas de los jóvenes comediantes de Tandil.
La otra lolita, Lola Luca, lo veía a Gombrowicz en el Querandí: –Sos un viejo vanidoso, además muy egoísta y también egocéntrico... Esta lolita se hizo famosa por una foto que aparece en los libros de testimonios en la que Gombrowicz se arroja sobre ella en un sofá con la actitud de un viejo verde violador.
La obra que se parece más a estas lolitas es "Pornografía", una obra libidinosa y oscura en la que la juventud y la belleza se sacan chispas con la madurez. Henia y Karol son dos jóvenes representantes de la tentación y del pecado; Waclaw, el prometido de Henia, y su madre Amelia, de la corrección y de los principios religiosos. Fryderyk y Gombrowicz son dos adultos mirones y lascivos anhelantes de que los dos jóvenes se presten atención y consumen una atracción que grita al cielo, salvo para los jóvenes mismos.
Pero el sueño de los dos adultos para que los jóvenes consumen su atracción innegable se viene abajo, se van convirtiendo poco a poco en una pareja adulta de enamorados en la frustración, desdeñada por la otra pareja de amantes, el fuego de su excitación no tenía nada en qué descargarse, llameaba entre ellos, estaban asqueados el uno del otro y se juntaban en una sensualidad irritada.
Confundido por la excitación que la producía la "Pornografía", y un poco alentado por sus propias aventuras con las lolitas, Gombrowicz se encarama sobre la Lola Luca en su pieza de Venezuela como se puede ver en la foto.
"Nada de ascensores, ahora viejo, hay una Lolita de nueve años que me tiene loco, ni te puedes imaginar, ando así que casi estallo, hay que ver cómo me persigue, se enamoró locamente, ya te voy a contar. Fuera de eso no sé si me aburro o no"
En el año 1955 Vladimir Nabokov había actualizado la atracción malsana que ejercen las nínfulas sobre los hombres maduros con su "Lolita". Gombrowicz no tenía una buena opinión sobre la persona de Vladimir a quien consideraba un don nadie pero sí la tenía sobre su primo hermano Nicolás.
"Ayer estaba cenando con el príncipe Nabokov, primo hermano de LOLITA –ocurre que es una excelente familia , lo que yo no sabía. El príncipe vive en un imponente palacio, es consejero cultural de Berlín y es él quien me invitó junto con Jelenski (los dos muy amigos). Admirador. Músico bastante conocido, con varias obras estrenadas, persona muy iniciada en París, amigo de Camus, de Maritain etc. Estaba pasmado con mis conocimientos de música"
En la época que apareció la "Lolita" de Vladimir Gombrowicz dejaba rastros en los diarios de que las nínfulas lo habían afectado.
"Marisa, quince años, distinguida y romántica (...) se sumerge continuamente en las luminosas brumas de la belleza, el amor y el arte (...) Andrea, doce años, una chiquilla avispada, brillante y perspicaz, me gusta reír con ella, se ha especializado en robarme la pipa.
Lena, catorce años. Con ella he iniciado un ligero flirteo que consiste en intercambiar miradas (...) Rubias. ¡Qué bellas son! (...) y miento, miento, porque es lo que me exige su imaginación, estoy impregnado de mentira hasta la médula. Les cuento mis batallas en la última guerra"
Hay dos lolitas de Gombrowicz que se hicieron famosas, la lolita Crisamor de Tandil, y la lolita Lola Luca de Salto. Gombrowicz le pedía a Flor de Quilombo que le mostrara las cartas de las novias para hacer estudios psicológicos sobre el estilo y la forma, se detenía especialmente en las de Crisamor: –Pero, ¿no te das cuenta que son cartas de amor?, está mortalmente enamorada de vos. Es muy joven. Sé responsable. Presta atención, puede suicidarse.
La madre de Crisamor lo veía a Quilombo con desconfianza pero su hija no le obedecía. Un día Gombrowicz se decide y le escribe una carta a Crisamor: –Crisamor de mi corazón... La madre descubrió la carta, se lo cuenta a un hermano y el tío de Crisamor le dice al padre de Mariano: –¿Quién es ese hombre tan raro que trastorna la cabeza de tu hijo y molesta a mi sobrina? Se estaba haciendo la fama de un corruptor de la juventud. Para colmo, un polaco de Tandil había leído "Transatlántico": –¿No sabés con qué degenerado anda tu hijo?
Crisamor parecía salida de "Ferdydurke", le escribía a Gombrowicz cartas alocadas y magníficas. Su humor de prima donna, con gorjeos auténticos, pescaba al vuelo el tono de las idas y vueltas de los jóvenes comediantes de Tandil.
La otra lolita, Lola Luca, lo veía a Gombrowicz en el Querandí: –Sos un viejo vanidoso, además muy egoísta y también egocéntrico... Esta lolita se hizo famosa por una foto que aparece en los libros de testimonios en la que Gombrowicz se arroja sobre ella en un sofá con la actitud de un viejo verde violador.
La obra que se parece más a estas lolitas es "Pornografía", una obra libidinosa y oscura en la que la juventud y la belleza se sacan chispas con la madurez. Henia y Karol son dos jóvenes representantes de la tentación y del pecado; Waclaw, el prometido de Henia, y su madre Amelia, de la corrección y de los principios religiosos. Fryderyk y Gombrowicz son dos adultos mirones y lascivos anhelantes de que los dos jóvenes se presten atención y consumen una atracción que grita al cielo, salvo para los jóvenes mismos.
Pero el sueño de los dos adultos para que los jóvenes consumen su atracción innegable se viene abajo, se van convirtiendo poco a poco en una pareja adulta de enamorados en la frustración, desdeñada por la otra pareja de amantes, el fuego de su excitación no tenía nada en qué descargarse, llameaba entre ellos, estaban asqueados el uno del otro y se juntaban en una sensualidad irritada.
Confundido por la excitación que la producía la "Pornografía", y un poco alentado por sus propias aventuras con las lolitas, Gombrowicz se encarama sobre la Lola Luca en su pieza de Venezuela como se puede ver en la foto.
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