EL CORAZÓN DEL PARAÍSO
I
Como las rojas dunas del Haddar
tu arena fluye
en los rayos que bordan esta noche
canta el corazón de la beduina
cuerpos solitarios frenéticos se enredan
destejen túnicas robadas
ciperus teñidos en penumbra
descansamos
la leña
lentamente se consume
el badawi nos une a los hermanos
y si llega un forastero
le ofrecemos dátiles pan ázimo
leche de cabra
en estas olas rígidas
sagrada voz
pacta con vientos prodigiosos
“un día vendrá la lluvia
y su secreto verde reinará
sobre la tierra”
en las cuevas donde reposa el triste oro
una reina blanca espera
amonitas
arrecifes de ficción
el mar que un día perdimos
púrpura es el cielo
curcuma nuestra indócil tierra
ahí reposa
aquel amante ya olvidado
en la memoria colectiva del guerrero
en el lugar sin nombre
donde habitan piedras
árboles
astros
y demonios
ahí
él por fin
descansa
II
De la tribu Kunta vengo
no soy un fellahim
no tengo hogar
preparo la comida
cuando ellos se marchan
me ocupo de los niños
tomo el pelo del camello
y lo amaso con fibras vegetales
negras
saladas plantas dejan su sabor
mías son
las acres manos
temblorosos espejismos
huellas que han dejado los amantes
brilla su luz en el nadir
danzan los sabios abalorios
y el pájaro azul
vuela hacia un jardín secreto
a mitad del mar
nos hemos encontrado
no tengo religión
ningún origen ni principio
ninguna esencia o forma
soy Uno
sólo Uno veo
sólo Uno reconozco
I
Como las rojas dunas del Haddar
tu arena fluye
en los rayos que bordan esta noche
canta el corazón de la beduina
cuerpos solitarios frenéticos se enredan
destejen túnicas robadas
ciperus teñidos en penumbra
descansamos
la leña
lentamente se consume
el badawi nos une a los hermanos
y si llega un forastero
le ofrecemos dátiles pan ázimo
leche de cabra
en estas olas rígidas
sagrada voz
pacta con vientos prodigiosos
“un día vendrá la lluvia
y su secreto verde reinará
sobre la tierra”
en las cuevas donde reposa el triste oro
una reina blanca espera
amonitas
arrecifes de ficción
el mar que un día perdimos
púrpura es el cielo
curcuma nuestra indócil tierra
ahí reposa
aquel amante ya olvidado
en la memoria colectiva del guerrero
en el lugar sin nombre
donde habitan piedras
árboles
astros
y demonios
ahí
él por fin
descansa
II
De la tribu Kunta vengo
no soy un fellahim
no tengo hogar
preparo la comida
cuando ellos se marchan
me ocupo de los niños
tomo el pelo del camello
y lo amaso con fibras vegetales
negras
saladas plantas dejan su sabor
mías son
las acres manos
temblorosos espejismos
huellas que han dejado los amantes
brilla su luz en el nadir
danzan los sabios abalorios
y el pájaro azul
vuela hacia un jardín secreto
a mitad del mar
nos hemos encontrado
no tengo religión
ningún origen ni principio
ninguna esencia o forma
soy Uno
sólo Uno veo
sólo Uno reconozco
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