EL MAR
I
Del alba al mediodía
clarea el trueno en cabotaje
allá donde naufraga la remota orilla
pájaros oceánicos
escarban sílice de azúcar moscabada
en la luz que alza el horizonte
anida un frío ámbar y lunario
las aves graznan
hunden el pico feroz de oscuro jade
gimen los pelícanos
esta marea
suelos de pantano
con su asedio de líquidos rugidos
los pájaros del agua pisan bajamares
y un delfín
con la cola aún pegada al esqueleto
con sus largas costillas muertas
ha encallado en esa trampa
necio atardecer
cuando las dunas se bañan en el miedo
territorio del señor del arrecife
ese viejo tiburón
ronda jubiloso
en el fondo de esta isla custodiada
el hombre de los cuarzos
se alimenta
II
El juego de las olas
nos arrastra hacia el Abismo
esa oscuridad
acaricia torvamente
aleteo de orcas
cobijan nuestro insomnio
hemos encallado en la espiral
que mantiene preso al faro
ya amanece
III
Diálogo del viento y el mar
asorda con su ritmo
mis turbias melodías
nada hay ahí
sino silencio
febriles crestas
naufragan un instante
y luego
sin cesar
nos dejan
nos dejan
nos dejan
I
Del alba al mediodía
clarea el trueno en cabotaje
allá donde naufraga la remota orilla
pájaros oceánicos
escarban sílice de azúcar moscabada
en la luz que alza el horizonte
anida un frío ámbar y lunario
las aves graznan
hunden el pico feroz de oscuro jade
gimen los pelícanos
esta marea
suelos de pantano
con su asedio de líquidos rugidos
los pájaros del agua pisan bajamares
y un delfín
con la cola aún pegada al esqueleto
con sus largas costillas muertas
ha encallado en esa trampa
necio atardecer
cuando las dunas se bañan en el miedo
territorio del señor del arrecife
ese viejo tiburón
ronda jubiloso
en el fondo de esta isla custodiada
el hombre de los cuarzos
se alimenta
II
El juego de las olas
nos arrastra hacia el Abismo
esa oscuridad
acaricia torvamente
aleteo de orcas
cobijan nuestro insomnio
hemos encallado en la espiral
que mantiene preso al faro
ya amanece
III
Diálogo del viento y el mar
asorda con su ritmo
mis turbias melodías
nada hay ahí
sino silencio
febriles crestas
naufragan un instante
y luego
sin cesar
nos dejan
nos dejan
nos dejan
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