Para la Cretense, dueña de mis letras
I
Ya veremos si el fulgor obedece a la ceniza
y empuja tu corazón hacia mis brazos
Y tiñe de rojo tus labios
y quemas con ellos el borde de los míos
Ya veremos si me empecino
y de terco sigo con el delirio
de amarte a deshoras...
y más que a deshoras, al vacío
Ya veremos si al calor de la insistencia
en vez de tinta derramo pólvora
Y un revólver se adueña de mi pluma
y mata de malherido
este cuaderno en el que escribo:
En el que te amo,
y, al arder, me suicido...
y empuja tu corazón hacia mis brazos
Y tiñe de rojo tus labios
y quemas con ellos el borde de los míos
Ya veremos si me empecino
y de terco sigo con el delirio
de amarte a deshoras...
y más que a deshoras, al vacío
Ya veremos si al calor de la insistencia
en vez de tinta derramo pólvora
Y un revólver se adueña de mi pluma
y mata de malherido
este cuaderno en el que escribo:
En el que te amo,
y, al arder, me suicido...
II
Si vienen y no me encuentran
Diles que fui a quemar un poema
Un canto herido, de calce a doble muñón
De carne abierta e incisión oblicua
La suave, la tierna, hecha de tu nombre
nueva en lo convexo de lastimado corazón
Di que fui a buscar una estrella
Que, en vez de polvo, hallé dolor
Ya sabes: la antigua liturgia
que de lo infame pasa a lo bello
y de ahí a tu cuerpo: súbita y leve explosión
Que, en vez de polvo, hallé dolor
Ya sabes: la antigua liturgia
que de lo infame pasa a lo bello
y de ahí a tu cuerpo: súbita y leve explosión
Anota: la sangre es más espesa que la luz,
la carga de tu amor más letal que la ponzoña
la carga de tu amor más letal que la ponzoña
Di que fui a intentar poner en paz el sentimiento
a viento de sal y crack entre las sienes
Diles que voy a sangrar más de aquella luz
Y que de blues en blues me voy a morir,
te voy a olvidar, con un verso en los dientes,
la luz sin arder
el ojo convertido en fiambre...
a viento de sal y crack entre las sienes
Diles que voy a sangrar más de aquella luz
Y que de blues en blues me voy a morir,
te voy a olvidar, con un verso en los dientes,
la luz sin arder
el ojo convertido en fiambre...
O, como canta Julio Jaramillo: prendida a la fiebre/
brutal de mi sangre
2 comentarios:
Poeta:
Disculpe si al leer su poema dedicado, me mueve el querer aconsejarlo:
Más que amor, en el poema se pecibe un gran sufrimiento. Insisto: No sufra poeta, no derrame pólvora, no queme poemas; por el contrario, busque la estrella y brille junto a ella.
Saludos, Maestro. Como siempre su facilidad para expresar esos sentimientos que la mayoría de los seres humanos tanto tememos y tanto nos confunden. Lo admitan o no. Tema polémico: este amorodio, esta ambivalencia que asusta porque creemos que si "amamos", eso sólo tiene una cara grata. El amor lejano, inalcanzable que a veces se convierte más que en una condena en la salvación de nuestras vidas. ¿De qué otro modo iluminarían lo gris y lo absurdo?¿qué más podría darnos la certeza de que hemos existido, que este haber sido "amados" o, todo lo contrario? ¿Y podría un poeta resignarse alguna vez a no AMAR en todos sentidos sólo porque todo, incluso el "ser amado" no esté disponible o nos sea prohibido, porque la lógica o el tiempo lo impidan? Gracias por su terquedad, como usted llama a esa insistencia en lo genuino más íntimo, en reconocer que ama y odia tanto, tan impunemente, tan persistentemente, aunque la musa cambie de rostros; como me dijeran en alguna ocasión: si una nunca regresa, siempre estará, en todo, seremos siempre para el otro, únicos, verdaderos, pero como la verdad total no es posible que muchos la alcancemos, la mayoría termina por rendirse, ante la magnitud de lo que representaría esa realidad tan absoluta aunque ...qué mayor felicidad (esa tan fugaz) que ir en pos de lo imposible toda la vida, la que nos quede, que mejor manera de gastar nuestra vida, no inutilmente acudiendo a las farsas de los convencionalismos sociales, para no salirse de lo establecido, sino, amar simplemente, como le oí decir en aquella presentación de un poemario suyo tiempo mucho tiempo atrás: "blues me por sólo saber que respiras y en tu pulmón habita una brizna de mi aliento..."... Merci, Maestro, que viva el AMOR, pero eso sí, el verdadero, el único posible e inalcanzable. ¿O qué hay otro?
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