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viernes, agosto 24, 2007

KC Baker Fields: @rrobamiento



El grisáceo día de antier recibí esta correspondencia electrónica de un usuario llamado Multimedianaranja.com. El asunto del remitente se leía:

..................EL FINAL DE UNA CITA A CIEGAS

como inexacto es el entendimiento de las líneas que hacen a los quirománticos. Y empiezas leyendo por el revés del mensaje y el frente de la información. Esto es silogismo de los sueños y mercadería de lo demostrativo, novelesco, regionalista, didáctico y edificante que sugiere que de oro son tus horas en la búsqueda de una pareja dentro de los bares de solteros, las fiestas de generación, los clubes sociales o siquiera del brazo de la prostituta sobre el brazo de los pacientes amantes que la alquilan y por todo ello tú estás listo para Multimedianaranja.com.

.......SE SOLICITA NOVIA VIRTUAL AUNQUE NO SEA VIRTUOSA

Espera, oyes que te llaman del otro lado, voces que crecen hasta el tope del buzón con correspondencia basura que te ofrece parcelas en remotas áreas como Tannu Tuva o grandes descuentos en la compra de dos juegos iguales de cuchillos de Chef o la posibilidad de un intercambio de poemas y del mundo que tú imaginas interminable para el cartero de los pies electrónicos y fugaces. No termina una historia con sus ofertas y destinos varios, enlazando la vida de usuarios desconocidos y viendo desde más allá lo que sucede, cuando noto la palabra mágica al final del comunicado, como un exergo: “Gratis, una demostración de nuestro efectivo programa de romance”.
Sin pensarlo mucho, me remito al portal en http://www.medianaranja.com.ar/ y se compone el fondo de una nueva página en que aún todo puede acontecer. Oh tapiz del destino, la perfecta herramienta jamás concebida para encontrarle al hombre su pareja. MMN no es la grand’tante o tu madre arreglándote una cita con “la hija con linda personalidad de su mejor amiga”. Es la grandeza de la era de la inteligencia emocional. Técnicamente, se trata de seleccionar a una acompañante a partir de un directorio digital y aunque el ejercicio pudiera presentar fallas como el antiguo y venerable arte del shadchen o el contrato de matrimonio entre infantes de la china imperial, por lo que se puede ver en el orden que son otorgados los fracasos, al menos se reduce el potencial de humillación a la mitad. Me das la mano y yo me quedo con ella. Diablos, existen sobre cien millones de historias en la web. La mía es entera visión global.
En caso que hayan perdido el hilo, yo estoy siendo parte de la jauría imaginaria en un servicio de citas, teniendo una hora libre, digamos, matando el tiempo con Diana, 29 años, libra, que obviamente se concentra para respaldar su idea previa a la despedida. “Oh, ¿Así qué tú eres el famoso arquero que mucho he escuchado hablar?”. “Ah, ¿Tú eres la rubia que le gusta el sexo con mucho látex y un látigo”. Devuelvo el piropo. “¿Cuál es tu comida favorita”. Un punto débil. “¿Es cierto que te has casado y divorciado cuatro veces?”. Nada es gratis. Algún día voy a escribir una fantasía sobre el amor verdadero. Ese el problema del verdadero amor. Una vez que lo has conseguido, ¿qué diablos haces con él?. Me parece el tiempo que gastamos en su búsqueda es más fácil y más envolvente. El caramelo idealizado es más dulce que el caramelo saboreado. Las consecuencias de paladear el caramelo real son diabetes, caries, sobrepeso, empalago. El amor real te provoca lo mismo. Por el contrario, el amor platónico es más dulce que el agua del mar. Y más permeable. Curiosamente, el propio epónimo de este amor no es su testigo empedernido, lo siento Platón, sino que el término fue acuñado por el florentino Marsilio Ficino en el S. 15, como un amor enfocado en el temperamento e inteligencia de una persona, más que sus encantos físicos. En otras palabras, se trata de la sexualidad del cuello para arriba. Las tres mujeres cuyos videoconferences puse a escrutinio no fueron mejores o peores en sus instantes aislados. Todas parecieron racionales y completas. Lo cierto es que besarlas de verdad acarrea diabetes, caries, sobrepeso y empalago. Caveat emptor.
Vuelvo a correr la cinta de Leovigilda, 34, Tauro. ¿Percibo una ceja levantada de malestar? ¿Detecto una sonrisa libre de azúcar? Mi corazón se derrite. Tengo una teoría, la mamá de todas las teorías de la conspiración: No es cierto que haya una falta de amor en el mundo, sino de lugares dignos donde colocarlo. Más, ¿Quién es capaz de darlo? Eso es sencillo de responder, puesto que cada uno de nosotros es un continente donde colocarlo. La segunda fabulosa metáfora es que el ciento por ciento de nosotros es una referencia al batracio, pasmado y anhelante, que no responde al beso deliberadamente espasmódico, por ende sospecho que el asunto del encantamiento del príncipe es absurdo y mórbido. Ya en serio, sin psicologías, sin personajes: no es una cuestión de falta de pareja tu suerte, sino que no estás compadecido de ti. “¡Hola, no esperaba que contestaras tan pronto a mi anuncio!”. Amor: tú escribes su nombre en un registro sismográfico. “Creo que te conozco de nombre”. Cierto, te sientes ligado, que existe un secreto entre los dos, pero tú, el más solitario, te quedas siempre con las baladas de amor que suponen que existe el sentimiento. Lo mismo las novelas caballerescas. Pero ninguno de los dos sabe su actitud love.
-¿Me querrás por siempre? –sucede la pregunta tonta.
-No, cupido, soy solo una esclava del amor, igual que tú.
Y deidad y delfis siguieron bailando en la azotea, mientras la supercarretera de la información pasa bajo sus miradas.

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